FÚTBOL | Ganaba 2-0, con goles de Hirsig y Silvera, uno en cada tiempo. Pero a los 19m. del complemento, volvió a sufrir un penal en contra, que Lázzaro convirtió en el descuento. El "Ciclón" se recuperó luego de dos derrotas consecutivas.
San Lorenzo ganó el partido por precisión y oportunismo. Durante los primeros 20 minutos manejó el balón con prolijidad y ocupó mayores porciones de terreno que su rival. Pero conforme se puso en ventaja el dueño de casa, empezó a cederle espacios al visitante, tratando de manejar el contraataque aprovechando el adelantamiento de los de Victoria.
Claro que esto terminó siendo contraproducente para los dueños de casa, porque le permitieron a Tigre afirmarse en el campo, tomarle la mano al partido y reducir al mínimo las diferencias futbolísticas entre ambos. De hecho no se advirtieron diferencias llamativas entre el último campeón del fútbol argentino y el recién ascendido, a tal punto que sobre el final del juego los dirigidos por el ex Boca Juniors Diego Cagna hasta pudieron empatarle a los del ex River Plate Ramón Díaz.
Pero al final fue triunfo ‘sanlorencista’ nomás, después de una dolorosa seguidilla de derrotas ante Arsenal (dos veces) y Lanús que lo marginaron de la Copa Sudamericana y lo alejaron de los puestos de vanguardia del Apertura.
La mayor virtud del ’Ciclón’ estuvo dada en los valores prefijados, esos que le permitieron convertir en los momentos clave del partido, cuando promediaba la primera mitad merced a una media chilena de Santiago Hirsig, la figura de la cancha, y a los diez minutos de la segunda por el "infaltable" Andrés Silvera.
Tigre respondió con otro goleador que viene "dulce" como Leandro Lázzaro, autor del descuento nueve minutos después del tanto del ’Cuqui’ mediante la efectiva ejecución de un tiro penal. Y presionó después de esa conquista en pos de un empate que, de haberlo logrado, no hubiese estado tan alejado de cierta lógica, esa que puso de manifiesto como se emparejó el fútbol argentino en los últimos tiempos... hacia bajo.
El acto más emotivo de la lluviosa jornada estuvo dado por la despedida de la actividad del árbitro asistente Claudio Rossi, quien entró al campo de juego acompañado por dos de sus once hijos para dejar grabado este momento en la memoria familiar.
Fuente: Télam.