Domingo 25 de Marzo de 2007, 22:44

San Lorenzo sigue ganando

| Le ganó 4 a 3 Independiente, en un clásico apasionante jugado en el Nuevo Gasómetro, donde el equipo local demostró todo su poderío ofensivo. Los de Burruchaga también fueron al frente y así salió un partidazo. Hicieron los goles Silvera (2), la Gata Fernández, Bottinelli, Pusineri (2) y Denis. Este resultado le permite al equipo del Pelado Díaz mantenerse firme arriba del Clausura.


Impresionante lo que genera este equipo de San Lorenzo. Increíble lo que viene logrando Ramón Díaz con un plantel muy similar al del torneo pasado. Fenomenal la respuesta de la hinchada Cuerva y espectacular el partido que se venía frente a Independiente. Porque los muchachos del riojano son la sensación del torneo y porque debían confirmar contra un grande y con la presión de un estadio repleto de gente, que no es pura casualidad lo que hicieron hasta ahora. Pero con un DT altamente motivador, este equipo todo lo puede. O por lo menos eso parece. Pero el clásico comenzó a jugarse unos días antes. Desde los técnicos chicaneandose sobre cual iba a ir al frente dentro del campo de juego hasta los hinchas, que dejaron las boleterías bien gordas de dinero. Hacía mucho que el Nuevo gasómetro no se veía así. Encima, las urgencias monetarias del club de Boedo y alguna picardía para aprovecharse del momento, hicieron que los precios suban considerablemente para el local. Pero a la gente no le importó. Eso lo genera Ramón. Perdón, Ramón y sus muchachos. Aunque del Rojo, también respondió la gente. Faltaba que respondan los jugadores, nada más. Y lo hicieron rápido y de muy buena manera. Independiente sabía que un triunfo en cancha de San Lorenzo lo iba a meter de lleno en la pelea por el torneo, luego de un comienzo traumático, que casi se come a Burruchaga. Por eso, con un planteo poco especulador, se hizo dueño de la pelota. Armenteros, Pusineri y Montenegro, se cargaron el equipo al hombro y enseguida se plantaron en el campo Cuervo. El puntero, en cambio, pareció algo dormido y se dedicó a esperar esos embates del Rojo, de primera hora. Pero no pasó mucho tiempo hasta que sus jugadores se despertaran. Como ante Boca, San Lorenzo aprovechó la velocidad de sus mediocampistas y delanteros y le dio un cimbronazo inesperado a Independiente. En uno de los intentos del Rojo por llegar al área de Agustín Orión, Juan Eluchans perdió la pelota con Cristian Tula y dio comienzo a un Ciclón, que iba a terminar en gol. El defensor le dejó servida la pelota a Santiago Hirsig en mitad de cancha y el pelilargo encaró. Llegó hasta la puerta del área, sin una marca que lo presione y recién cuando apareció un defensor rival, habilitó magistralmente a Silvera, ex Diablo, para que convierta. Golazo de contra y ejemplo número 1 de la ley del ex. Iban apenas 9 minutos y San Lorenzo se ponía en ventaja, casi sin merecerlo. El Rojo era un poco más y le tapaba la boca a Ramón, que había dicho que los de Burruchaga no iban a salir a atacarlo. Pero eso no afectó al visitante. Al contrario. Como se dio cuenta que podía atacar y llegar al área de Orión, se volvió a agrandar y siguió como estaba, con la pelota en los pies y las ganas de llevarse un batacazo desde el Bajo Flores. Y en una de esas tantas búsquedas del Rojo, llegó el empate. Montenegro, como siempre se hizo el dueño de los tiros de esquina y le puso la pelota como con un guante a la cabeza de Lucas Pusineri. El mediocampista cabeceó solito en la puerta del área chica y el arquero nada pudo hacer. La defensa local perdió la marca muy fácilmente y lo sufrió (Segundo ejemplo de la ley del ex). En 16 minutos, el partido estaba para alquilar balcones. Claro, porque entradas ya no quedaban. A todo esto, Ramón volaba de la bronca. El equipo no respondía como esperaba y encima el Rojo estaba haciendo las cosas bien, prolijas. Independiente merecía un poco más. Llegaba al fondo con mucha facilidad, especialmente por las bandas y lastimaba con remates cruzados y centros al área de Orión, que tuvo demasiado trabajo. Encima, cada pelota parada, era para preocupar. Así había llegado el primer gol de Independiente y así llegó el segundo. Otra vez Montenegro tiró un centro peligroso al área y nuevamente un hombre del Rojo apareció solo para meterla. Con una peinada previa de un compañero, Germán Denis la encontró y de volea la mandó al fondo del arco. El delantero que volvió a ser titular por la suspensión del colombiano Moreno, rompía con la sequía goleadora que lo había dejado fuera del equipo. Pero San Lorenzo iba a reaccionar. A los 44, tras un pelotazo desde campo propio, Gastón Fernández (ex Racing) le ganó la posición a Guillermo Rodríguez, amagó y definió cuando Ustari dio unos pasos hacia delante. Otra vez el gol llegaba con una jugada rápida, sin tanto tiqui tiqui. Pelotazo y a guardar, para empatar un partido que merecía un ganador y era Independiente. Pero así es el fútbol, no siempre el que merece es el que gana. Lo que sí, cuando son dos equipos los que quieren jugar y tienen con qué hacerlo, salen partidos súper entretenidos, como éste. Ojo, todo en apenas 45 minutos. Por eso, porque el primer tiempo estuvo plagado de emociones, de goles, de fútbol, se esperaba que en el segundo tiempo se pueda ver algo similar. Y ninguno de los dos se quedó atrás. Esta vez fue Independiente el que se replegó y San Lorenzo salió a buscar el partido. Fueron veinte minutos de dominio Cuervo. Tiempo suficiente para que los muchachos de Ramón se pongan en ventaja, otra vez. Rivero, de gran partido, escapó por derecha y metió un muy bien centro para que Silvera, cumpliendo el ejemplo número 4 de la ley del ex, cayéndose, la mande a guardar de cabeza. Partido cambiante. Partidazo. Pero qué esperar de un partido así. Cambiante y emotivo de los dos lados. ¿Qué esperar? ¿El empate de Independiente? Sí, puede cantar Bingo, señor. Eluchans tiró un centro más (en el país de los centros, los cabezones mandan) y Pusineri, nuevamente parado en la puerta del área chica definió de cabeza, para variar. Quinto caso de la ley del ex y tercero convertido de la misma manera. Palo y palo. Gol a gol. Emociones al por mayor. Un partido para aplaudir a los dos equipos. Gracias, hasta acá todos contentos. Pero no. Paren las rotativas ¿Hay más goles? Sí. A los 31 minutos, otra pelota parada terminó en gol. Osmar Ferreyra pateó desde la derecha un centro cruzado, para que Hirsig llegue muy ajustado. Todos los jugadores de Independiente se quedaron protestando que la pelota se fue, pero Jonathan Bottinelli, ni lerdo ni perezoso, la mandó a guardar. ¿Cómo? Sí, otra vez de cabeza. Sergio Pezzotta le dio la derecha al juez de línea y San Lorenzo se puso 4-3 arriba. Entonces Ramón, con el resultado ya a su favor y con pocos minutos por jugar, comenzó a enfriar el partido con cambios, pero sin romper la emoción. Independiente se decidió y fue por el empate. Centro desde acá. Centro desde allá. Tiros libres cerca del área. Remates de larga distancia. Todo como para que Burruchaga se vaya con aunque sea una pequeña alegría del Bajo Flores. Todo, pero nada a la vez. Nada, porque no alcanzó para quitarle el triunfo al puntero del campeonato, que con la derrota de River contra Gimnasia de Jujuy estaba cada vez más puntero. Ramón lo dijo: "Pagaría 1.000 pesos por ver a este equipo". Hoy lo valieron. Pero no solo por lo hecho por San Lorenzo. Independiente entregó lo suyo y en sociedad protagonizaron el mejor partido del campeonato. Siete goles, la punta en juego y un estadio a punto de explotar. ¿Qué más podía pedir la gente del Cuervo? Nada. Ahora a disfrutar de lo más alto, sabiendo que en la cancha hay un equipo que a pesar de no jugar de mil maravillas, deja todo y consigue resultados como el de hoy. ¿Se viene la estatua de Ramón? Faltan 12 fechas todavía. Fuente: Clarín on line.