Domingo 4 de Marzo de 2007, 21:18

San Lorenzo le dio una paliza a Boca en el clásico

| No fueron siete los de San Lorenzo, pero fueron tres que dolieron en el alma de todo Boca y le dan un crédito enorme al equipo de Ramón para pelear a fondo en el Clausura.


Boca-San Lorenzo. Choque de grandes, choque de invictos. Un partido especial en La Bombonera, con innumerables atractivos. De un lado, el equipo de Russo, con todas las miradas posadas sobre su flamante figura, Juan Román Riquelme. Tras una trabajosa victoria sobre Cienciano por la Libertadores, la premisa en la tarde del domingo era afinar la puntería en los últimos metros y encontrar contundencia para llevarse los tres puntos. Enfrente, Ramón Díaz volvía a pisar la cancha de Boca, ahora como conductor de un San Lorenzo que venía con buenos resultados pero todavía estaba lejos del nivel ideal. Además, el recuerdo aún fresco del histórico 7-1 del último Apertura y el deseo de venganza de la gente del Ciclón. Muchas variantes en ambos equipos. Russo probaba con el chico Villafañe y Clemente Rodríguez como laterales y Dátolo en la mitad de la cancha. El riojano Díaz, en tanto, pasaba al esquema 4-4-2, con dos cambios: Rivero y Silvera por la Gata Fernández y Malingas Jiménez. El pitazo inicial de Pezzotta y la lluvia llegaron casi simultáneamente. Así, el terreno se hizo más rápido durante unos primeros minutos que mostraron muy poco fútbol y gran lucha en la mitad de la cancha. Se prestaban la pelota y había mucha -demasiada- pierna fuerte. A los 7, sin embargo, San Lorenzo salió de la mediocridad y estuvo a punto de abrir el marcador. Lavezzi desbordó por izquierda y mandó un centro justo para Silvera. El Cuqui ganó de cabeza cerca del área chica y se lo perdió increíblemente por arriba del travesaño, cuando Caranta tenía muy poco para hacer. Dátolo era el más activo en Boca y contestó enseguida, con una incursión por izquierda que terminó en un remate cruzado que salió por el segundo palo. ¿Riquelme? Estaba bien marcado y aparecía poco, pero a los 15 mostró una vez más su fantástica pegada con un tiro libre que dio en el travesaño tras el manotazo de Orión. Enseguida, Palermo anticipó a Méndez y sacó un derechazo que se fue muy cerca. Era el mejor momento de los locales, pero el que gritó primero fue San Lorenzo. Iban 20 minutos y Rivero se mandó por la derecha. Pasó a Clemente Rodríguez con un caño, superó a Battaglia en velocidad y envío un centro que encontró la solitaria aparición de Lavezzi. El Pocho, quien había evidenciado problemas en su pierna derecha, cabeceó con toda la tranquilidad del mundo y la puso abajo, lejos del alcance de Caranta, para marcar el 1-0. ¿La defensa de Boca? Bien, gracias. La pierna de Lavezzi dijo "no va más" a los 27 y el delantero dejó el campo, reemplazado por Gastón Fernández, quien casi marca el segundo en su primera intervención, desde lejos, tras una mala salida de Caranta. Dos minutos antes, entre Orteman y Palermo se habían perdido increíblemente el empate abajo del arco. El partido estaba abierto, porque Boca llevaba peligro con la pelota parada y el Cuervo contestaba aprovechando los espacios que dejaban los volantes locales. Sin embargo, los últimos minutos del primer tiempo no entregaron grandes emociones, ya que ambos abusaron del pelotazo y perdieron claridad. Russo movió la estantería: dejó tres en el fondo y mandó a la cancha a Barros Schelotto en lugar de Villafañe, quien había tenido una opaca primera mitad. Los gruesos errores en la última línea de Boca seguían y se acentuaron luego de los 3 minutos, cuando llegó la expulsión de Clemente Rodríguez (vio la roja por una infantil patada sin pelota a Rivero). La mesa estaba servida para el equipo de Ramón: ventaja en el marcador, superioridad numérica y espacios para el contragolpe. Claro que los minutos pasaban y Boca seguía sólo un gol abajo. Neri Cardozo entró por Orteman buscando darle un poco más de dinámica a un mediocampo local que no le encontraba la vuelta al partido. Mientras Ramón armaba su movida de ajedrez (Alvarado a la cancha por Hirsig con la precisa instrucción de marcar a Riquelme), su equipo llegó al segundo gol. Pelotazo perfecto de Aureliano Torres para la Gata Fernández y definición por bajo del ex River ante la pasividad de los centrales xeneizes. Iban 20 minutos y el partido ya parecía tener dueño. La sensación se convirtió en certeza cinco minutos más tarde, cuando Rivero -uno de los mejores de la cancha- se metió en el área a pura velocidad por la derecha y tiró un centro hacia atrás. No llegó a conectar Fernández, pero detrás suyo apareció Silvera, quien le pegó al primer palo y estableció el 3-0. Sonrisa de oreja a oreja del Pelado Díaz y decepción absoluta en el rostro de Russo, que veía a su equipo perdido y ampliamente superado. Los últimos minutos entregaron más de lo mismo. Boca siguió sufriendo y cerró una tarde muy oscura. El equipo de Russo nunca le encontró la vuelta al partido y recibió un duro cachetazo en el comienzo del segundo tiempo con la expulsión de Rodríguez. Fue sólo una derrota, es cierto, pero la falta de coordinación de la defensa plantea un signo de interrogación de cara al futuro si es que el técnico piensa seguir con la rotación. Fuente: diario Ole