Jueves 22 de Noviembre de 2007, 03:14

Román se enojó y dice que no hay nada arreglado

FÚTBOL | Boca y Villarreal llegaron a un acuerdo para la vuelta de Riquelme, pero el jugado negó todo. Antes de volverse a España el talentoso volante expresó todo su malestar.

El retorno de Juan Román Riquelme a Boca Juniors registró un acuerdo total alcanzado entre la entidad de la Ribera y Villarreal, pero el jugador no prestó su aprobación y manifestó, antes de regresar a España, que "no hay nada arreglado". "Acá se hablaron muchas cosas entre ayer y hoy que no son ciertas. El que decide a que club va siempre soy yo. Es mentira que mi representante (Marcos Franchi) estuvo reunido con los dirigentes de Boca. Apenas habló hoy 10 minutos conmigo", disparó Riquelme el miércoles por la noche sala de preembarque del Aeropuerto de Ezeiza. Con visible ofuscación el jugador manifestó que "esta situación debe resolverla el Villarreal. Yo tengo contrato con ellos hasta 2009 y no hay ningún problema, porque quiero cobrarlo todo", enfatizó. "A Boca le dije que voy a jugar uno de los tres años, si es que vuelvo, en forma gratuita. Y no hay ningún trabajador en el mundo que se pase un año entero sin cobrar un centavo", advirtió. Sin perder el tono imperativo ante los medios de prensa destacados en Ezeiza, el futbolista lanzó un ultimatum. "Si me respetan hasta el último peso del contrato que tengo en España, entonces vuelvo a Boca sin problemas. De lo contrario seguiré allá. Por lo pronto, el viernes a las 10.30 voy a estar entrenando otra vez con Villarreal", avisó tajantemente. Estas afirmaciones del jugador contradijeron lo mencionado un par de horas antes por altas fuentes de la dirigencia xeneize, quienes habían manifestado que el acuerdo alcanzado entre las partes era "total". Estos informantes insistieron por la noche, ante la consulta de Télam y después de escuchar a Román, con que la operación "es un hecho". Es que por la tarde un conspicuo grupo de dirigentes boquenses mantuvieron dos reuniones decisivas. Primero, alrededor de las 15 y hasta las 17, en una casa del conurbano bonaerense y luego en el propio club, entre las 18 y las 20. De ese cónclave participó el directivo vinculado al fútbol auriazul Juan Carlos Crespi, quien acompañó a Riquelme en Colombia. El grupo fue tutelado por el futuro presidente boquense Pedro Pompilio, escoltado por el influyente vocal Edgardo Alifraco, brazo derecho de Orlando Salvestrini; el tesorero José Costa Pereyra; el encargado del área futbolística José Beraldi y el secretario general, en uso de licencia, Luis Buzio. Mientras estas reuniones transcurrían, el Consejero Deportivo de Villarreal, José Manuel Llaneza, regresaba a España con el acuerdo sobre la "devolución" de Riquelme a Boca bajo el brazo, al menos en lo que a los dirigentes correspondía. Por su parte Riquelme viajó a las 22.40, en un vuelo de Iberia con destino Madrid-Barcelona. Al mediodía se había bajado de otro avión que lo trajo de Colombia junto a algunos componentes del seleccionado argentino que ayer perdió con los ’cafeteros’ por eliminatorias mundialistas y el propio entrenador, Alfio Basile. Los pormenores del arreglo entre las instituciones no se modificaron respecto de lo analizado y acordado en la víspera entre Pompilio y Llaneza. De esta manera Boca pagará 9.000.000 de euros a los españoles, de los cuales 6 millones son los que hoy Villarreal le está debiendo a Riquelme, más 3.000.000 de un resarcimiento al jugador, cuyo contrato con la entidad "amarilla" vence en 2009. El contrato con Boca, según lo expresado desde la dirigencia del club, se extenderá por tres años a partir del 30 de noviembre, pero el jugador percibirá dos, ya que el tercero Riquelme lo jugará gratis. Villarreal asumió que se hará cargo de los impuestos correspondientes al pase y amortizará la pérdida que sufrirá en ese aspecto Riquelme al dejar de trabajar en España, ya que dejará de ser considerado impositivamente como un ciudadano de este país. Lo único que cambió respecto de la víspera fue que la operación finalmente no incluiría porcentajes de pases de otros jugadores de Boca que, en principio, iban a ser Ever Banega (el año próximo podría pasar al Atlético de Madrid en 10 millones de euros, lo que saldarías las cuentas por la compra de Riquelme) y Rodrigo Palacio (lo quiere otro español, el Barcelona). Estas mismas gestiones se realizaron a mediados del corriente año, cuando Boca hizo otro intento por repatriarlo, pero en aquella oportunidad no hubo acercamiento económico posible. En esa oportunidad los boquenses habían ofrecido también 9.000.000, pero de dólares, y los españoles contraofertaron 12 millones de euros. Números y palabras. Palabras y números. Si los números no cierran, Riquelme tendrá la última palabra. Y en ese caso será que "no" vuelve a Boca. Todo se resolverá ahora en España. Fuente: Télam.