FÚTBOL | El equipo de Labruna venció 1 a 0 al de Simeone, con un gol marcado por Desvaux, a los 11 minutos del segundo tiempo. Con este resultado los de Núñez siguen últimos en la tabla de posiciones del torneo Apertura, junto a Rosario Central.
El partido se jugó en la cancha de Gimnasia, con un regular arbitraje de Diego Abal, en un encuentro que estuvo interrumpido dos minutos en el primer tiempo por disturbios en la tribuna local, que se produjeron por una interna de la barra brava jujeña.
River tuvo otra vez una actuación decepcionante y ni siquiera el golpe que significó el gol de Desvaux le sirvió para reaccionar, algo preocupante porque sigue sumando datos negativos, a lo que ya es el peor comienzo de torneo del club de Núñez de la historia, sumando sólo ocho puntos en once fechas.
Pese al momento que está pasando en el torneo Apertura, River pareció ser un equipo en Jujuy que salió a ver lo que pasaba, sin actitud, sin vocación ofensiva, quedando a mitad de camino en todo.
Por su parte, los dirigidos por Omar Labruna tampoco salieron a jugar este partido como muchos creían, sino que primero se pararon para ver que hacía el rival.
La actitud de los dos equipos provocó que el primer tiempo sea aburrido, por momentos tedioso y sin emociones, porque los temores de ambos provocaba que cualquier intento de ataque quedara en la nada.
Recién después de la primera media hora de juego el equipo de Diego Simeone comenzó a animarse, pero lo hizo todo en forma desordenada, siendo Leonardo Ponzio su jugador más claro.
Con remates de larga distancia y centros al área en un momento River le trajo preocupación al fondo del equipo local, pero ahí apareció la seguridad de Gastón Pezzuti, quien le puso un candado a su arco en el primer tiempo.
Los gestos y las indicaciones de Simeone marcaron el momento de este River, que pasa de una sonrisa a la desazón en un abrir y cerrar de ojos, y eso que Gimnasia en el primer tiempo sólo le creó un par de situaciones de gol.
Además, el propio entrenador de River por momentos conspira contra el juego de su equipo, porque tácticamente da la sensación que los futbolistas no entienden a que tienen que jugar, quedando espacios libres muy grandes en la mitad de cancha -por derecha no se movió nadie-y con superpoblación en otros lugares, como por la izquierda, donde chocaron constantemente Rodrigo Archubi, Diego Buonanotte y Robert Flores.
Así, aburriendo a todos se fueron los primeros 45 minutos, donde el cero le quedó muy bien al partido, por lo poco que habían mostrado los protagonistas.
Para el segundo tiempo los dos equipos salieron a jugar sin cambios, pero Gimnasia en los primeros minutos tuvo chances claras para abrir el marcador, que salvó su arquero Marcelo Ojeda, quien después tuvo que salir lesionado (entró Mario Vega, en su lugar).
Cuando Simeone comenzó a realizar variantes para modificar lo que pasaba dentro del campo de juego, llegó la apertura del marcador con un buen cabezazo de Desvaux, que no pudo contener Ojeda.
Con Radamel Falcao y Mauro Rosales en cancha los de Núñez comenzaron a intentar revertir la historia, pero en cada contra se exponían a que los jujeños aumentaran el marcador, siendo víctima de su propio desequilibrio, tanto futbolístico como emocional.
River quería reaccionar, pero no generó situaciones de gol para empatar el partido y por eso terminó perdiendo, y siendo cómplice, de alguna manera, de la fiesta que armaron los jujeños con la victoria histórica que consiguieron esta noche.
Fuente: Télam.