FÚTBOL | Venció 4-2 a Atlético de Tucumán un partido que lo comenzó perdiendo. River quedó en lo más alto de la tabla.
River Plate se quedó con un triunfo importantísimo com visitante ante Atlético Tucumán por 4 a 2, resultado que le permite quedar momentáneamente en soledad en lo más alto de la Primera B Nacional. Carlos Fondacaro había abierto la cuenta para el local, pero César González y David Trezeguet (en dos ocasiones) dieron vuelta las cosas para el Millonario. Sobre el final, Deivis Barone volvió a poner a tiro al Decano y finalmente Carlos Sánchez decoró el resultado.
Luego del sufrido triunfo ante Gimnasia de Jujuy en el Monumental y el sorpresivo empate de Instituto frente a Guillermo Brown como local de la fecha pasada, los dirigidos por Matías Almeyda llegaban a este encuentro a sólo una unidad del equipo cordobés, por lo que un triunfo los volvería a ubicar solos en la punta.
Sin embargo, ante un repleto estadio tucumano, el local salió con todo y golpeó de entrada. Un centro de Diego Barrado (ex River) encontró la cabeza de un ex Boca, Fondacaro, que entró sorpresivamente solo y adelantó a su equipo cuando sólo se jugaban 7 minutos de partido.
Ese tanto fue un verdadero baldazo de agua fría para el Millonario, que acusó el golpe y comenzó a jugar con más nervios que precisión. En ese contexto, el local hacía negocio porque jugaba sin presión y ante un River desesperado.
Trezeguet avisó con un cabezazo bombeado que se fue apenas arriba y el Maestrico González tambiéntuvo la suya cuando se escapó por la izquierda y envió un centro envenenado que fue despejado por el arquero Esteban Dei Rossi.
Sin embargo, poco a poco el Millo fue ganando confianza y comenzó a arrinconar a Atlético con más hambre que fútbol. El uruguayo Carlos Sánchez probó con un remate de afuera que se fue desviado y comenzaba, lentamente, a haber olor a empate.
Finalmente lo inevitable llegó a los 30 minutos de esa primera mitad, cuando González armó una gran pared con Fernando Cavenaghi (que hasta ahí había estado ausente) y definió con clase entre las piernas del arquero tucuman para poner la, a esa altura, merecida igualdad.
Inmediatamente, Deivis Barone derribó infantil e innecesariamente a Cavenaghi en el área, Alejandro Toia cobró el correspondiente penal y Trezeguet, que no perdona, cambió la pena máxima en gol para dar vuelta el encuentro en tan sólo 7 minutos.
Así se fue River al descanso, con una levantada que lo terminó dejando en ventaja y con la sensación de que, si apretaba el acelerado, en el segundo tiempo lo podía definir.
Eso entendió Almeyda y por eso mandó a a cancha a Alejandro Domínguez y Lucas Ocampos, buscando un tanto mas que le dé la tranquilidad necesaria. Tanto que llegó gracias a una genialidad del Chori, que habilitó con un magistral pase a Trezeguet y el francés, con inmensa categoría, picó el balón sobre la salida del arquero para poner el 3 a 1.
Ya sobre el final del encuentro, un gran cabezazo de Barone ámagó con ponerle suspenso a la definición, pero un terrible bombazo de Sánchez sentenció el 4 a 2 final y desató la locura de la parcialidad millonaria.
Una vez más, con mucho ímpetu y no tanto fútbol, River se queda con un triunfo de oro en una cancha muy difícil, que le permite alcanzar los 65 puntos y quedar momentáneamente como único puntero, a la espera de lo que suceda con Rosario Central (que lo puede alcanzar) y con Instituto (el único con chances de superarlo).