| River goleó 5-0 a Quilmes en el estadio Monumental y se consagró campeón del Torneo Final, el trigemoquinto título de su historia en el profesionalismo. En el plantel "Millonario" está el basavilbasense Osmar Ferreyra.
Fernando Cavenaghi puso en ventaja al equipo de Ramón Díaz a los 10 minutos del primer tiempo y Gabriel Mercado aumento a los 24. En la segunda parte, Ledesma marcó el tercero a los 17, Cavenaghi el cuarto a los 25 y Teófilo Gutiérrez selló la goleada a los 44.
El funcionamiento del equipo de Ramón Díaz, con un 4-3-1-2, tuvo como ejes a Cristian Ledesma y su rueda de auxilio, uno de los pilares, Ariel Rojas, que iniciaron las jugadas que finalizaron en los desbordes de Leonel Vangioni y Carlos Carbonero.
River no le dio chances a un Quilmes que con un sistema 4-4-2 y sin la presión de jugar por la permanencia no pudo con las conexiones entre Ledesma, Rojas y Manuel Lanzini, más las participaciones de Teófilo Gutiérrez y Fernando Cavenaghi.
El nuevo campeón avisó a los 8 minutos, con un remate de media distancia de Ledesma, tras la jugada de izquierda al medio de Rojas, Vangioni y Lanzini. Pero a los 12m., Cavenaghi no perdonó el rebote que dio el arquero Walter Benítez, tras el remate de cabeza de Carbonero en el punto penal.
De ahí en más, fue todo de River, para delirio de su gente que elevó banderas y globos de color rojo y blanco para palpitar un nuevo campeonato.
A los 27m., la fiesta se agrandó con el tanto de Mercado, quien estuvo atento en otro rebote del guardametas, tras el cabezazo de Maidana, por córner de Rojas desde el sector derecho.
Con el 2-0 a favor, River fue por más, con un Quilmes retraído en el campo, y estuvo a punto de estirar la ventaja, pero Benítez le negó el gol a Rojas (42m.), la figura del partido y el árbitro no concedió penal a favor por infracción de Joel Carli a Carbonero en el área (43m.).
En el segundo tiempo, River continuó como dueño del balón, Quilmes no ofreció resistencia a pesar de los cambios y se dedicó a asegurar la pelota.
La frutilla del postre corrió por cuenta de Ledesma, quien desde media distancia, con pierna derecha, sacó un remate fuerte, alto y preciso, que se introdujo en el ángulo izquierdo superior de Benítez. Todo el plantel, hasta Barovero, fueron a saludar al `Lobo`, que recibió el reconocimiento de los hinchas.
Luego, a los 25m., Cavenaghi quedó cara a cara con Benítez, tras pase de Lanzini, y anotó su segundo tanto en la noche y el octavo en el certamen.
La gente, al grito `¡Dale Campeón!` acompañó la fiesta que se vivía en el campo de juego. El quinto tanto, del colombiano Gutiérrez, llegó cuando la fiesta ya estaba desatada.
Con autoridad y decisión, River planificó una goleada que le dio otro campeonato, basada en una muy buena campaña como local (ante Quilmes ganó el octavo partido seguido) y victorias importantes como visitantes, pocas, pero vitales, ante Boca (12ma. fecha) y Argentinos Juniors (18va.).
River fue un justo campeón, al cual no le sobró mucho, pero le alcanzó con el aporte goleador de Cavenaghi, los tantos y el despliegue de Carbonero, las fugaces apariciones de Teófilo Gutiérrez, la creación de Lanzini.
A eso vale agregar el auxilio del arquero Leandro Chichizola en reemplazo del lesionado Barovero (atajó dos penales: Estudiantes y Racing), y el trabajo en silencio de Maidana, Alvarez Balanta, Ledesma y Rojas, entre otros.
River volvió a imponer su estilo, su nombre, alejado de los escándalos deportivos e institucionales de gestiones anteriores y apuntará mantener ese prestigio que supo ganar en 113 años de historia.