| El Colorado volvió tras la polémica con Merlo y le dio el triunfo a los de Avellaneda en el descuento. La Acdemia festejó después de tres derrotas consecutivas. El Cervecero se hunde.
Fue un triunfo a lo Racing. Y a lo Merlo, por qué no. Fueron 90 minutos de búsqueda infructuosa, en un marco de tedio y opacidad, hasta que apareció Facundo Sava. Justo él, tras su polémico desencuentro con Mostaza. Volvió el Colorado y con él regresaron las sonrisas, siempre esforzadas y agónicas. Sonrisas de un Racing al que todo parece costarle un poco más.
El primer tiempo fue todo aburrimiento. Racing intentó ser protagonista, pero le faltaron ideas para progresar en ataque. El equipo no tuvo profundidad. Peralta no pesó por izquierda, Moralez jugó mucho de espaldas y lejos del arco, y Bergessio se mantuvo aislado del circuito futbolístico. La resultante fue previsible: el local no creó una sola situación de riesgo durante ese lapso.
En el debut de Pogany, Quilmes se plantó con la premisa de sumar, pero al percatarse de que Racing casi no le provocaba escozores se empezó a animar de a poco, pero también le faltaron variantes. Con el transcurrir del partido prefirió concentrar sus fuerzas en sumar de a uno en lugar de arriesgarse a sepultar su racha negativa (lleva 13 partidos sin ganar). Y terminó sin nada, mientras el promedio (el equipo está en zona de descenso directo) aprieta cada día más. Un remate del ingresado Jorge Medina que exigió a Campagnuolo fue su única posibilidad nítida de gol en el partido. Demasiado poco.
En el descanso, Merlo dio un golpe de timón y sorprendió con la inclusión del indultado Sava en lugar de Romero. El entrenador observó que su equipo era capaz que controlar sin inconvenientes los tibios intentos de Quilmes y sumó gente en ataque. En efecto, las situaciones comenzaron a sucederse. Más por responsabilidades ajenas que propias, a Sava le costó una enormidad tomar contacto con la pelota, pero su sola presencia le dio aire a Bergessio, que cobró mayor protagonismo. El ex Platense dispuso de tres chances claras: una se la abortó Derlis Gómez, la otra se fue desviada y la restante se estrelló contra el palo izquierdo del arquero paraguayo.
La llave del triunfo la tenía el Colorado, que en su primera chance propicia no perdonó. El ingresado Miralles se escapó por derecha y habilitó al goleador, que sólo tuvo que empujarla en posición dudosa. Entonces, la perseverancia de un equipo se personificó en un apellido. Racing y Sava tuvieron premio.
Fuente: TyC Sports.
