| Con gol de Almada, Gimnasia y Esgrima de Jujuy desnudó aún más al equipo de Avellaneda. Fue el primer encuentro de la novena fecha del Clausura. El equipo de Merlo suma sólo una victoria en todo el torneo.
El Racing de Reinaldo Merlo en su segundo ciclo en el club fue anoche una vez más inconexo e impotente y el Gimnasia jujeño agravó su crisis al vencerlo 1-0 en el Cilindro de Avellaneda. Mauricio Almada, en su partido número 85 en primera división, marcó a los 3 minutos del segundo tiempo su gol bautismal.
En la Academia esta caída causó un impacto indisimulable, ya que el equipo no sólo quedó al margen de todas las peleas por objetivos grandes sino que se ubica en la tabla del Clausura apenas por encima de los colistas Rosario Central y Quilmes.
La parcialidad local, furiosa, insultó al gerenciador Fernado De Tomaso y a los jugadores. A Mostaza todavía le sirve de paraguas haber sido el conductor del último Racing campeón.
En el primer tiempo, mientras consiguió distribuir la pelota, Racing atacó, pero pronto se notó la falta de conexión entre las líneas y las reiteradas trepadas de Nicolás Cabrera por el lado derecho terminaron convirtiéndose en el único recurso para tratar de llegar hasta la valla de José Valdiviezo.
Racing dispuso de dos escenas propicias en el comienzo de ese primer período, una comenzada por Sebastián Romero y la otra, por Nico Cabrera. Cuando intervino Romero, lo hizo con un pase largo para Facundo Sava, quien bajó el balón para Santiago Malano, pero el disparo del juvenil delantero rozó el ángulo superior izquierdo.
Cabrera fue el gestor en el minuto 13, cuando mandó un centro con comba y tras un cabezazo de Sava hubo una volea de Maximiliano Moralez y la pelota rebotó en el poste derecho. Tras ese cuarto de hora inicial Cabrera se fue desgastando porque en el esfuerzo careció de socios y además Gimnasia tenía muy claro que debía cuidarse de esas subidas.
La producción del local, debido a su carencia de soluciones, fue de mayor a menor y eso ocurrió a pesar de que los norteños se retrasaron en demasía durante sobre el final del capítulo. Durante esa primera etapa el visitante se limitó a buscar algún contraataque utilizando a Darío Gandín como pivot para habilitar a Ricardo Gómez o Marcelo Quinteros.
El lobo no consiguió crear ninguna situación neta en los primeros 45 minutos, pero de todos modos siempre se lo observó atento y deseoso de meter alguna réplica profunda. Mario Gómez movió dos piezas en el entretiempo e hizo ingresar a Pablo Frontini por Quinteros y a Héctor Silva por Ricardo Gómez.
El golpe que pretendían aplicar los jujeños se produjo a poco de reanudado el juego, ya que el capitán Gustavo Campagnuolo salió muy mal en un centro, Silva cabeceó hacia el arco y Franco Sosa salvó sobre la línea, pero Almada se tuvo fe y apareció para convertir con un zurdazo rasante y cruzado su primer gol en la categoría principal de la AFA.
A partir de entonces Racing fue la ya conocida mezcla de desesperación e impotencia y Gimnasia lo esperó y lo controló con ese orden que lo distingue desde que lo conduce Mario Gómez. Tras el epílogo, la reprobación para Racing llegó desde las gradas como una condena durísima, con una rechifla que se pareció a dardos afilados.