| Estaba empatando en Sarandí con Quilmes y era un resultado injusto. Pero en la última jugada, Bergessio anotó el gol de la victoria (3-2), su segunda en el campeonato. Los otros goles para los de Avellaneda habían sido de Romero y Moralez. Luna y García, en tanto, convirtieron en un minuto y medio para los locales.
Emoción. Angustia. Tristeza. Alegría. Todas esas emociones debió vivir el hincha de Racing para festejar, a los 47 minutos del segundo tiempo, la victoria de su equipo sobre Quilmes 3-2. El equipo de Miguel Micó empezó ganando 2-0, pero en un minuto y medio sufrió los dos goles del conjunto cervecero, que no pudo aguantar el empate y terminó cayendo, nuevamente, como local.
Era un duelo de necesitados. En la cancha de Arsenal, Quilmes, el último en la tabla de posiciones, recibía a Racing, antepenúltimo, por un partido pendiente de la octava fecha del torneo Clausura. El equipo cervecero está cada vez más comprometido con el promedio y en este momento aparece en descenso directo. En tanto, para los académicos cada puntito es vital en esta carrera por escaparle a la Promoción.
En el arranque, los equipos salieron dormidos y les costó entrar en ritmo. Sin embargo, con el correr de los minutos, el que se animó un poquito más fue el conjunto de Miguel Micó. Primero en un cabezazo de Facundo Sava. Más tarde, el línea le dijo que no a Maxi Morález - el mejor de la visita -, cuando recibía en el área con chance de gol.
A fuerza de empuje, ganas y un mejor manejo del juego que su rival, la Academia llegó al gol a los 24 minutos del primer tiempo. Tras el segundo córner del partido, Sebastián Romero bajó la pelota de pecho, la dejó picar y remató al arco, para dejar sin reacción al arquero de Quilmes, Damián Grosso.
Sobre el final de los 45 minutos iniciales, Campagnuolo y el palo salvaron a Racing del empate. Es que el mediocampista de Quilmes Fernando Saavedra decidió rematar al arco y estuvo muy cerca de poner el 1-1.
En el comienzo del segundo tiempo, a diferencia del primero, los dos conjuntos entraron con todo . Pero el que lo consiguió el objetivo de manera más rápido fue el equipo de Avellaneda. Es que cuando sólo iban cuatro minutos, Moralez sorprendió a todos y puso el 2-0. Confiado, el equipo de Avellaneda no quería sufrir y apostaba todo al ataque.
Y en una de esas apuestas, los de Micó descuidaron el fondo y el Cervecero lo aprovechó. En un minuto y medio , los locales se pusieron 2-2 con los goles de Luna y García. Con el vendaval de tantos, llegaron los aluviones de insultos de la parcialidad académica, que pedía a los gritos que se vaya Celso Esquivel e ingresara Claudio López. El DT interino, para no ponerse en contra a la hinchada, no dudó en seguir las instrucciones que venían desde la tribuna. Metió al Piojo por Sava, y sacó al cuestionado defensor (ingresó Pellerano).
Parecía que Racing no iba a poder colorear su pálida imagen y a medida que pasaba el tiempo su actuación en el partido se iba desdibujando cada vez más. Quilmes, con sus escasas armas, no pretendía mucho más que la igualdad y, entre los dos, no ofrecían un gran espectáculo. Hacia el final, el nivel del encuentro fue mermando hasta convertirse en aburrido.
Sin embargo, con el tiempo cumplido, a los 47 minutos, Gonzalo Bergessio puso el 3-2 y le dio la alegría a toda su hinchada, que, parece, se está acostumbrando a celebrar sobre el final. El sábado, Racing -que igualó la línea de Newell's en la tabla de descensos- recibirá a Banfield, mientras que Quilmes, cada vez más sometido a la B Nacional, hará lo propio con Colón.
Fuente: Clarín on line.