FÚTBOL | El partido estaba muy cerrado. Pero a siete minutos del final, Sava metió un tremendo cabezazo que terminó adentro.Y enseguida, Pellerano la mandó adentro con un derechazo bajo. Así el equipo de Costas le ganó 2 a 0 a Olimpo y dejó atrás los problemas de la semana.
Ni el crudo invierno que azota desde ya hace un largo tiempo pudo frenar la ilusión en el Roberto Carminatti. Es que no sólo los de Olimpo tenían motivos para entusiasmarse, con el regreso del equipo a Primera. Sino también, la siempre generosa hinchada de Racing, que se prendió con la propuesta del técnico Gustavo Costas y fue en buen número a Bahía Blanca.
Arrancó mejor Olimpo, con más volumen de juego por las bandas y mayor presencia en el medio. Rogelio Martínez se proyectaba cada vez que podía por la derecha y complicaba a Gonzalo García, que no lograba cerrar bien. Arriba, Mariano Martínez y Sebastián González trataban de juntarse para superar a Cabral y Sosa. El Matute Morales, en tanto, aportaba su habitual seguridad en la entrega.
Enseguida lo tuvo el Chamagol González tras un rechazo en falso de la defensa de Racing, pero definió mordido y la pelota rebotó en Cabral. Y luego, nuevamente el chileno no llegó a conectar un centro preciso de Rogelio Martínez desde la derecha. Todo era del equipo de Rivarola, que le metía mucha presión en la salida a la Academia.
De a poco empezó a equilibrarlo la visita, con la presencia de Bastía en la mitad de la cancha. En su vuelta, el Polaco hacía todo simple y se encargaba de cubrir los baches del medio hacía atrás, junto a Pellerano. Así, Moralez sólo tenía que pensar en crear juego, algo que no muchas veces pudo hacer en la Academia y sí consiguió realizar en el Sub 20. A partir del enganche, el juego de Racing pega un salto de calidad notable.
Pero la buena sintonía de Frasquito no alcanzaba para sacar ventaja, porque Sava y Claudio López perdían más de lo que ganaban frente al fondo bahiense. En cambio, tanto Sebastián González como Mariano Martínez eran más punzantes a la hora de enfrentar mano a mano a los defensores de Racing y, cuando la pelota les llegaba limpia, complicaban y mucho. Aunque eso no sucedía muy a menudo, claro.
Olimpo se pudo ir arriba al descanso, si Sebastián González hubiera acertado en la definición luego de eludir de manera brillante a Sosa. Y también lo tuvo Jorge Martínez, pero su remate se fue desviado. A esa altura, el denomidor común del lado de Racing era el pelotazo. Un recurso demasiado pobre como para quebrar el arco de Navarro Montoya, pese a que las dimensiones de la cancha.
En el segundo tiempo, la cuestión no varió. Olimpo, más generoso ante un Racing que peleaba más de lo que pensaba. Una de las causas de eso fue el bajón de Moralez. En ese tramo, el aporte del enganche fue tan pobre que su equipo perdió la pelota y, por ende, se retrasó mucho.
Costas buscó variantes y mandó a la cancha a Lorenzo Avalos, en lugar del Piojo. Y si bien el paraguayo entró con otra actitud estaba muy solo, porque a Sava no le salía una. Rivarola, el técnico del local, intentó darle más explosión al equipo con el ingreso de Barrado. Pero, como era de esperar, salió Matute Morales y el ex River sufrió la falta de compañía.
Era un empate clavado. Pero apareció el Colorado y al mejor estilo Palermo sacó un cabezazo terrible, tras un desvío en Villavicencio, que dejó sin chances al Mono. Y cuando Olimpo recién se estaba despabilando y se preparaba para arremeter en el final, Moralez volvió a hacer de las suyas y lo vio venir bárbaro a Pellerano, quien desde afuera del área sacó un potente remate que significó el 2-0 definitivo.
En la semana, Costas tendrá tiempo para analizar que debe mejorar su equipo. Mientras, disfruta de este triunfo clave en el ánimo, no sólo del plantel, sino también de esos hinchas que le hicieron frente a la distancia y al frío y se fueron con una alegría inmensa de Bahía. Espera una semana tranquila en Avellaneda.
Fuente: Clarín on line.