FÚTBOL | Empataron 1 a 1 con tantos de Eduardo Salvio y Claudio Yacob. La "Academia" volvió a dejar una pálida imagen pese a reaccionar a tiempo y evitar una nueva caída en el torneo.
El partido se jugó en la cancha de Racing, con un lamentable arbitraje de Federico Beligoy, quien perjudicó a los dos equipos, cobrando faltas inexistentes, equivocándose todo el encuentro de una manera pocas veces vista en el fútbol argentino.
Con este empate, Racing cortó una racha de cuatro derrotas consecutivas, pero sigue son poder ganar en el torneo Apertura, con diez fechas jugadas.
La realidad de Racing contrasta con la de Lanús, un club serio, organizado hace años, con los de afuera apoyando y apuntando que hay que mejorar a los de adentro.
Racing, en cambio, está intentando organizarse, transformarse en el club serio, pero eso cuesta mucho, por errores propios de su dirigencia, por una oposición históricamente patética, encabezados por hombres que acompañaron, sobre todo, a Juan D’Stéfano.
Y así está Racing, con la tribuna popular -sobre todo desde el sector de la barra brava, integrada por simpatizantes de Dock Sud-, la misma que reclamó la continuidad de Ricardo Caruso Lombardi, insultando a los jugadores, acusándolos de no poner lo único que tienen: ganas, empeño y varios de ellos mucha vergüenza deportiva.
En el inicio del partido el mal clima ya se respiraba por Avellaneda, pero el arranque del encuentro ilusionó, porque el equipo de Juan Barbas cambió golpe por golpe con Lanús, pero la diferencia estuvo en las áreas.
A los seis minutos Sebastián Grazzini tuvo una mano a mano con el arquero y su remate fue al cuerpo de Agustín Marchesín, quien respondió con simpleza.
Dos minutos después, en una jugada similar, la pelota le quedó a Salvio, quien con la pelota picando sacó un remate seco y cruzado para establecer el 1 a 0.
A partir de ese momento el conjunto local entró a desesperarse y el mediocampo de Lanús, con Marcos Aguirre por derecha y Sebastián Blanco por izquierda comenzaron a manejar la pelota, buscando liquidar la historia.
Racing a esa altura era las ganas de Juan Carlos Falcón y Lucas Castromán, la categoría de Marcos Cáceres y la seguridad de Jorge De Olivera. Con esos argumentos los de Avellaneda evitaron irse al descanso goleados.
Para el inicio llegaron los insultos de la ganas, que pedía “huevos”, lo único que podría afirmarse que tiene este Racing, al que no le faltan ganas, sino que le falta fútbol y trabajo, algo que en la época de Caruso Lombardi no sobraba, según cuentan los protagonistas fuera de micrófono.
Con actitud, buscando ir al frente y con amor propio Racing fue a buscar al empate, ante un Lanús que comenzó a sobrar el partido y que no tomó la decisión de definir el pleito.
Cuando más lo buscaba la “Academia” llegó al empate, con un cabezazo cruzado de Yacob, luego de un centro de Castromán.
A partir de ese momento el partido se convirtió en un correr y meter, porque Lanús entró en el juego de Racing, que así dominó, con sus limitaciones, las acciones y buscó la victoria hasta el final.
Con ese empeño los de Avellaneda fueron al frente, con la “lanza” de Cáceres y las ganas de todos buscaron, pero no encontraron el triunfo.
Fuente: Télam.