FÚTBOL | Fueron intensos y por momentos dramáticos los 90 minutos disputados en el barrio Pueblo Nuevo por Deportivo Peñarol y Social Libaros. Los dos necesitaban ganar, y desde que comenzaron el juego fueron generosos en la búsqueda de los arcos, quizás con un poco más de orden y mejor juego colectivo la visita, pero neutralizada en los últimos metros del campo por el “Peña” de “veto” Reyna que a partir de una pelota parada, un córner, ganó el partido y sumó sus primeros y festejados tres puntos.
El “Churrinche” fue de menor a mayor y cuando parecía que definitivamente lo tenía controlado el visitante arremetió y llevó el balón a los últimos metros de la cancha, el lugar que más incomodó a los dirigidos por “Beto” Reyna.
Definitivamente no fue un partido de alto vuelo técnico, pero sin dudas habrá que buscar y mucho para encontrar otro en el que los rivales sólo pensaran en el arco rival, fue así que a pesar de las limitaciones técnicas, individuales y colectivas de los jugadores que los técnicos pusieron en el campo tanto los de Peñarol como los de Social Libaros propusieron un juego intenso, emotivo y por momentos hasta dramático.
Otro mérito de los futbolistas fue que no apelaron al juego brusco, al golpe artero y a las deslealtades a las que lamentablemente el fútbol actual nos tiene acostumbrados, sino más bien a intentar colocar alguna pelota de peligro. Esto no siempre fue posible pero el público, mayormente en apoyo del local, lo valoró y tanto al cierre de la primera etapa con lógicamente al final con el resultado en favor del “Churrinche” aplaudió de pie.
Seguramente el momento más polémico de la tarde fue cuando a poco del final Ángel Rodríguez se topa con una pelota que baja con ayuda de su brazo derecho y dispara, rozando a un defensor de Libaros. El árbitro, Juan Ramírez a instancias de Damián Hurtado marca el tiro de esquina, situación que todo Libaros protestó por entender que el tiro de Rodríguez había salido directamente fuera del campo sin intervención de ningún defensor de la “V” azulada, pocos advirtieron la mano de Rodríguez y casi nadie protestó. El córner ejecutado por el “Mono” Parinelli llegó al punto del penal, lugar donde aguardaba Jesús Flores que se despegó del suelo, superando a los marcadores, y conectó un cabezazo tremendo que infló la red y llegó de gritos y emoción al barrio Pueblo Nuevo festejando el segundo de Peñarol
Los minutos finales fueron tremendos, con un Libaros volcado totalmente al ataque generando peligro con cada estocada, pero su “pólvora” resultó estar mojada y ese buscado gol del empate no llegó, a pesar de la prórroga de 5 minutos que dio Ramírez.
Peñarol cortó una racha adversa, pero sobretodo sus jugadores parecieron entender que en este juego se puede ganar o perder pero lo que no se puede hacer es intentar hacer justicia por mano propia, por ello es que tanto se celebró la victoria como que no sufrió expulsados.
Por su parte Libaros deberá seguir trabajando, especialmente en la definición. Es un equipo que como tal tiene una idea, procura desarrollarla sin maltratar la pelota pero en los últimos metros muestra demasiadas limitaciones. El malestar por los resultados que no se consiguen no debe confundirlos, porque no es bueno que busquen excusas en el desempeño de los árbitros, los que muchas veces se pueden equivocar y hasta perjudicarlos, pero está claro que para ganar hay que hacer goles en el arco rival y eso a Libaros le cuesta mucho.