La decisión se tomó minutos antes de las 10 horas, luego de una breve deliberación entre dirigentes que previamente recorrieron las canchas de la ciudad y escucharon, vía telefónica, informes sobre lo que ocurría en otras localidades.
Como era de esperar, y como ocurre cada vez que el tiempo se presenta inestable, y con precipitaciones como las registradas en las últimas horas, la dirigencia privilegió las cuestiones económicas, para adoptar la medida de no jugar, ya que si bien los campos se presentan un tanto pesados y los accesos a las canchas no están en las mejores condiciones, las canchas resistiría perfectamente la disputa de un par de partidos por escenario.