NEWELL'S Y ARSENAL EMPATARON

Arsenal siempre supo lo que quería y hasta sus limitaciones, y allí residió el mérito que lo llevó a ponerse dos veces en ventaja en el marcador. La primera, en su mejor momento, el primer tiempo, cuando le sacó una luz a un Newell's que jugaba con el libreto de su técnico Nery Pumpido, pero que en él no encontraba resquicios para tener la pelota, amén del esfuerzo de Mauro Cejas, ubicado esta vez casi como un enganche pese a que en la semana había dicho el técnico que no usaría esa opción táctica. Así, a través de Santiago Raymonda el visitante monopolizó muchas veces la pelota y por las bandas tenía dos buenos intérpretes, Pablo Garnier y Juan Caffa, mientras que el único punta, Mauro Obolo, nunca se les alejó demasiado. Y después de dos intentos de Caffa llegó la apertura. Garnier la peleó y la ganó con Nicolás Spolli, Obolo lo habilitó al vacío ante la marca de Torrén y cuando el volante la fue a buscar larga, chocó con Villar. No fue penal, pero el árbitro Rafael Furchi compró la ilusión óptica y Obolo puso un 1 a 0 justificado. En el complemento Pumpido rompió con su doble cinco y el ingreso de Arrieta por Colace le dio una mejor circulación. Y aún con una cuota de desorden importante, se arrimó al empate, que consiguió en un córner. Centro de Cejas, mal cabezazo de Spolli, nueva pelota de Cejas, centro de tres dedos y cabezazo para el primer gol en primera de Germán Rivera (había ingresado por el lesionado Ré), que festejó al cielo porque hacía días había fallecido su madre. Arsenal acusó el impacto y Arrieta casi lo noquea, pero su palomita dio en el palo. Y en el mejor momento rojinegro, un tiro libre de Caffa encontró la cabeza goleadora de Casteglione para el 2 a 1. Newell's casi no tuvo tiempo de lamentarse, porque un centro de Araujo hizo gritar nuevamente a Cardozo, quien en su única intervención acertada del partido aplicó un cabezazo inalcanzable para Cuenca. El 2 a 2 ya no se modificó y dejó al fin una sensación de justicia.