Domingo 25 de Marzo de 2007, 22:35

Newell's rescató un empate ante Quilmes

| Fue 2-2 en Rosario. El local dominó en el primer tiempo, pero le faltó puntería. Los de Fanesi se pusieron arriba en el segundo con goles de Medina y Vidal Sosa. Pero los de Marini reaccionaron y llegaron a la igualdad gracias a Arrieta y Adrián Peralta. Los rosarinos cortaron una racha de tres triunfos, mientras que los del Sur siguen hundidos en los promedios.

Newell's buscaba su cuarta victoria consecutiva. Desde que Pablo Marini se hizo cargo del equipo, la Lepra no para de conseguir triunfos. Por eso la prueba ante Quilmas era más que difícil. Porque cuando se viene dulce, en un partido que se presenta sencillo, la confianza desmedida puede ser el peor enemigo. Enfrente Quilmes, con todos sus problemas. Hundido en los promedios, y con el partido que se le escapó ante River sobre la hora muy fresco (encima con el polémico gol de Ortega). En el Parque de la Independencia, en Rosario, ambos se jugaban todo por un triunfo. De entrada Newell's presionaba e intentó sorprender a su rival. Pero le faltó puntería para abrir el marcador. Al minuto, Grosso salvó al Cervecero, cuando Husain llegaba solito para cabecear. Quilmes no hacía pie en el medio y la pelota era del equipo local. Pero los de Fanesi tuvieron su chance a los 9. Ibáñez se escapó ante toda la defensa de Newell's y encaró al arquero Guzmán. Era más fácil dársela a Pereira que entraba sólo para empujarla con el arco vacío, pero el delantero prefirió definir él. Se le fue desviado. Entre Arrieta y Cardozo arriba, Newell's creó las mejores opciones de gol. A los 10 se lo perdió el cordobés. A los 20, le tocó fallar al paraguayo que le quiso romper el arco Grosso, pero el arquero le ganó en el mano a mano. A partir de allí, la figura del arquero de Quilmes se empezó a agigantar y los ataques de la Lepra cada vez eran menos peligrosos. Sin embargo, sobre la hora del primer tiempo, Arrieta se filtró en el área y sacó el remate. Esta vez Grosso no llegó, pero fue el palo el que salvó al Cervecero. Se fueron al vestuario con el 0-0. Newell's mereció un poquito más, pero lo tendría que demostrar en la segunda etapa. Otro Quilmes. Fue otro, lo cambiaron al que salió a jugar el segundo tiempo. Fundamental fueron los movimientos tácticos de Alberto Fanesi y la inclusión de Eduardo Bustos Montoya por Pablo Batalla. En el primer tiempo casi no había pateado al arco, pero en el complemento se puso en ventaja rápidamente y con autoridad. Algo impensado. A los 12, Jorge Medina avanzó con el balón. Decidió sacar el derechazo. Fuerte, rasante; se coló abajo ante la estirada de Guzmán. 1-0 para el Cervecero que jugaba mejor. Y no se quedó ahí el equipo visitante. Fue por más. Y consiguió su premio. Un cachetazo infernal para Pomelo Marini y todos los hinchas de Newell's que coparon el Coloso del Parque. A los 20, Vidal Sosa metió un frentazo y estampó el 2-0. Delirio del lado de Quilmes. Lamentos para la Lepra. Pero el buen momento de Newell's en el campeonato no es de suerte y lo volvió a demostrar. Con mucho amor propio y algunas variantes de Marini, el local se fue con todo por el descuento. Llegó en los pies de Arrieta a los 26. Cejas desbordó y envió el centro de derecha. Cardozo la dejó pasar y por detrás de todos ingresó el delantero para empujarla al gol. Volvieron a respirar en las tribunas y en el banco; pero todavía faltaba un esfuercito más. Al comienzo del segundo tiempo, Adrián Peralta había ingresado por Lucero. Y ese cambio rindió sus frutos sobre el final. A los 41, otra vez Cejas llegó hasta el fondo y envió el centro atrás. Peralta entró a toda velocidad y la empujó de zurda para el 2-2. No hubo tiempo para más. Nadie quiso arriesgar en el final y se conformaron con el empate. Buen negocio para Quilmes en los papeles se trajo un punto de Rosario, pero le empataron un partido increíble y sigue en el fondo de la tabla de los promedios. Flojo lo de Newell's ante su público, sólo consiguió la igualdad ante un rival golpeado. Pero viene de tres triunfos consecutivos y levantó un partido que parecía que se le escapaba. Nada para reprocharse de ninguno de los dos. Terminó 2-2. Fuente: Clarín on line.