| El tandilense le ganó cómodamente al italiano Stefano Galvani, por 6-1 y 6-2, en poco más de una hora. Era la segunda vez que llegaba a una final y es su primer título profesional.
El argentino Juan Mónaco vivió ayer el momento más feliz de su corta carrera tenística al ganar el ATP de Buenos Aires tras vencer al italiano Alessio Di Mauro por un contundente 6-1 y 6-2, en el mítico Lawn Tennis, colmado por 6.000 espectadores.
Mónaco, 66 en el ranking mundial, tenía la oportunidad ayer de quedarse con su primer torneo ante un rival, Di Mauro (98 del mundo), mucho más accesible de lo que se podía imaginar si llegaba a la final antes de comenzar el certamen.
Y el tandilense, consciente de ese pequeño guiño que le había deparado el destino, salió a jugar con la chapa de candidato y no le pesó, pese a que lo hizo en el Buenos Aires Lawn Tennis Club y ante un público sediento de ver ganar a un local, tras la coronación del español Carlos Moyá el año pasado.
El argentino supo sobrellevar los nervios del principio y tras levantar un break point en contra en el primer juego, ganó once puntos consecutivos que le permitieron quebrar el saque del europeo y tomar una rápida ventaja de 3-0.
La presión de Mónaco, la profundidad y ángulo de sus golpes fueron demasiado para Di Mauro, un clásico jugador de Challengers que a los 29 años se encontró en Buenos Aires con su primera final de un torneo de ATP.
Mónaco tuvo un excelente set inicial con su primer saque y su efectividad del 80 por ciento en ese golpe fue un punto de inflexión en su juego ya que eso le permitía ganar sus games con comodidad y esperar los de Di Mauro con suma tranquilidad.
Era tanta la superioridad que sentía el tandilense sobre el natural de Siracusa que hasta le ganó un punto con una "Gran Willy" cuando el europeo subió a la red y quedó atónito ante la genial improvisación del argentino, quien desde las tribunas era observado por Guillermo Vilas y Gabriela Sabatini.
Tras quebrar el saque del italiano en el sexto juego, Mónaco se encaminó a ganar por 6-1 el primer set, en el que consiguió 12 winners contra ninguno de Di Mauro, en una clara demostración de la poca potencia de los golpes del italiano.
El argentino mantuvo su concentración en el inicio del segundo set y tras quebrarle el saque a Di Mauro, el europeo solicitó la presencia del médico por una molestia en su pierna derecha, que le impedía moverse con soltura.
El tandilense confirmó su saque en el siguiente juego, se adelantó 2-0 y de no ser porque la ansiedad le jugó una mala pasada y cometió algunos errores no forzados, podría haber ganado el parcial aún con mayor comodidad.
En el séptimo game, Mónaco le quebró una vez más el saque a Di Mauro y tras ganar el suyo en el siguiente se quedó con toda la gloria en apenas 63 minutos, los más importantes desde que comenzó a jugar al tenis y ante el delirio de toda la gente, que soportó estoicamente los 40 grados de sensación térmica.
Después llegaron las lágrimas, el eterno abrazo con su entrenador "Pancho" Mastelli, la corrida hacia el otro sector del court para estrecharse en un sentido saludo con su barra de amigos "pinchas" y de nuevo el llanto para descargar tanta tensión contenida durante la semana.
Es que "Pico" jugó un gran tenis a lo largo de los siete días que duró el ATP de Buenos Aires y así hilvanó triunfos sobre el italiano Potito Starace y el defensor del título y quinto favorito, Moyá, en su grupo de round robin.
Ya en los cuartos de final, Mónaco ganó "el partido" al imponerse a su compañero de entrenamientos, el peruano Luis Horna, campeón hace dos semanas en Viña del Mar y sucesivo vencedor en Buenos Aires de los locales David Nalbandian y Guillermo Cañas.
En semifinales, el tandilense dejó atrás a uno de los españoles que se encuentra en franco ascenso, Nicolás Almagro, y así llegó como gran favorito a la final ante Di Mauro y no defraudó ya que arrasó a su rival y concretó el sueño de ganar su primer título de ATP, nada menos que en Buenos Aires y en la Catedral del tenis.
Fuente: Télam.