FÚTBOL | Lanús, el puntero del capeonato, tenía la chance de quedar a cinco puntos de Tigre y a seis de Boca. Pero jugó muy mal, con mucho nerviosismo y apenas empató 0-0 como local con Argentinos Juniors. Se mantiene el suspenso en la definición del campeonato.
Toda la responsabilidad recayó sobre Lanús, que debía ganar para asegurarse el primer puesto y quedar a sólo un paso de su primer título en la historia del fútbol argentino. La derrota de Boca ante Arsenal había dejado la puerta abierta para una gran celebración en el estadio del Sur, donde el "Granate" recibía a Argentinos Juniors.
Las obligaciones hicieron que el conjunto local sufriera demasiado. Sin el fútbol que venía exhibiendo en sus últimas presentaciones, el equipo de Ramón Cabrero se dedicó a luchar cada pelota como si fuese la última y trató de llevar peligro contra el arco defendido por Navarro, más por temperamento y empuje que por un correcto juego colectivo.
Fue un partido de "dientes apretados", una verdadera final. Porque Argentinos no se resignó a ser simplemente el "rival de turno", sino que quiso -y por momentos, fue- protagonista del encuentro.
Tanto que las únicas aproximaciones de riesgo en el primer tiempo fueron para los de Gorosito: a los 3 minutos, Hauche estrelló la pelota contra el palo derecho del arco de Bossio y casi enmudece a todos; a los 33m. Escudero metió un cabezazo dentro del área y la pelota dio en la espalda de Ribonetto, cuando se dirigía rumbo al gol.
En el arranque del segundo, casi convierte nuevamente Argentinos, con una definición de Delorte que salió apenas junto al palo izquierdo, cuando el delantero ya se aprestaba a festejar la conquista. Entonces se levantaron los hinchas, quienes comenzaron a gritar de forma ininterrumpida, en un intento por contagiar a sus jugadores: "Vamos, vamos, los pibes...".
Con siete jugadores surgidos de las Divisiones Inferiores, el equipo de Cabrero pareció reaccionar y equilibró las acciones. Así, dispuso de dos chances para abrir el marcador: a los 7 minutos, Valeri asistió a Lautaro Acosta por la derecha y el delantero remató por encima del travesaño y a los 9m. Hoyos ganó de cabeza dentro del área, pero el arquero de Argentinos controló sin problemas.
Los visitantes respondieron con pelotazos para el "grandote" Delorte, quien complicó con su presencia dentro del área a los defensores "granates". Pero a los 20 minutos, el delantero se lesionó y debió ser reemplazado. En su lugar ingresó el juvenil Pérez, quien también fue inquietante para los locales.
El partido podía ganarlo cualquiera. Cada avance era un cúmulo de nervios dentro y fuera de la cancha. Por momentos, la pelota "quemaba" a los jugadores, cargados de tensión y responsabilidad. A los 21 minutos, Sand estrelló un remate de media vuelta en el ángulo; a los 35m. el uruguayo Pereyra exigió una gran atajada de Bossio, para desviar al córner junto al palo izquierdo.
De allí al final, se sumaron las imprecisiones, las faltas simuladas -apostando al sueño incumplido de un penal sancionado sobre la hora- y los pelotazos sin destino cierto. En un partido de bajísimo nivel técnico, Lanús no pudo sacarle ventajas a Argentinos. Boca y Tigre todavía pueden soñar con darle pelea.
Fuente: Télam.