| A los incidentes en la cancha de River se sumó ayer la batalla campal entre barras de Talleres y Los Andes. Hubo cerca de 50 heridos y graves destrozos en las calles de Gerli.
Cerca de cincuenta heridos, comercios y casas dañadas, móviles policiales y coches particulares destrozados fue el resultado de un violento choque entre hinchas de Talleres de Remedios de Escalada y Los Andes, ocurrido ayer por la tarde en la localidad de Gerli, partido de Lanús.
Los incidentes se registraron minutos antes del partido que ambos equipos jugaron en la cancha de El Porvenir, por la cuarta fecha del torneo Clausura de la Primera B Metropolitana.
Las hinchadas de ambos equipos se cruzaron con piedras y palos sobre la avenida Hipólito Yrigoyen y la policía intervino con balas de goma y gases lacrimógenos para controlar la situación.
El hecho duró cerca de 20 minutos y luego se extendió sobre calles aledañas.
La violencia comenzó cuando los hinchas de Talleres que eran escoltados por la policía rumbo al estadio divisaron cuatro micros de la hinchada de Los Andes y decidieron atacarlos.
Los simpatizantes chocaron sobre Yrigoyen, lanzaron todo tipo de proyectiles que encontraron en el lugar y generaron el caos en plena zona comercial de Gerli.
Los agentes encargados de custodiar el traslado de los hinchas pidieron refuerzos y luego reprimieron para disuadir a los violentos.
Como resultado del choque, cerca de cincuenta hinchas recibieron heridas pero la mayoría de ellos continuó su marcha hacia la cancha, donde fueron atendidos en la enfermería.
Apenas tres simpatizantes fueron atendidos en la guardia del hospital Evita de Lanús, uno de ellos con una herida de bala de goma en la zona abdominal.
La batalla campal entre las hinchadas provocó además destrozos en la fachada de comercios y viviendas de la zona más la rotura de parabrisas y lunetas en decenas de coches particulares y algunos móviles policiales.
El jefe del operativo de seguridad, el capitán Jorge Alberto Bonino, de la comisaría primera de Lanús, explicó que el choque se produjo "imprevistamente".
Y añadió que los hechos de violencia registrados en el lugar deben considerarse "fuera de un programa de seguridad pensado para un partido de fútbol".
El árbitro del partido Julio Barraza, desconocedor de la situación, ordenó el inicio del partido pero lo suspendió transitoriamente cuando Talleres ganaba 2-0.
Finalmente, Barraza decidió reanudar el juego, que terminó con una goleada en favor del conjunto de Remedios de Escalada, y la desconcentración del estadio se produjo con normalidad.
Al término del partido, la policía todavía no lograba precisar la cantidad exacta de heridos y detenidos por los enfrentamientos.
La hinchada de Talleres sumó su tercer antecedente de violencia en las últimas temporadas, tras las peleas protagonizadas con hinchas de Sportivo Italiano y San Telmo.
En consecuencia, fuentes del Ministerio de Seguridad bonaerense admitieron que podría instruirse la orden de que no se preste más servicio policial en los partidos que le restan a Talleres en la temporada.
Fuente. Télam.