FÚTBOL | El seleccionado argentino de fútbol cayó por 2 a 0 en Belem con su par de Brasil, que obtuvo así el "Superclásico de las Américas". Lucas y Emiliano Papa, en contra, anotaron los goles en el segundo tiempo. El ciclo de Sabella dejó el invicto en su cuarta presentación.
Con la victoria, Brasil se quedó con el Superclásico de las Américas, ex Copa Roca, tras el empate 0-0 que protagonizaron el pasado 14 de septiembre en el Mario Alberto Kempes de Córdoba.
Al conjunto de Sabella, como suele ocurrirles a los equipos argentinos cada vez que visitan Brasil, le costó adaptarse a las dimensiones del campo de juego del "Mangueirao".
Con un esquema de 3-5-1-1, similar al que utilizaba en Estudiantes, el DT apostó en la teoría a pelear la pelota en el medio, llevarla para que Viatri la aguantara entre los centrales y sorprender, al mejor estilo Enzo Pérez en aquel "Pincha", con las subidas de Pillud y Augusto por derecha y de Papa por izquierda.
Pero Argentina perdió la batalla en el medio, en el que Lucas se hizo dueño estratégico del terreno.
Las proyecciones continuas de Danilo y, sobre todo, de Bruno Cortés, además les restaron libertad a los carrileros argentinos para las incursiones ofensivas: en consecuencia Viatri quedó aislado y Montillo apenas tuvo contacto con la pelota, también por cierta imprecisión de Guiñazú en la salida.
Brasil, apoyado por su multitud, tomó confianza. Con Ronaldinho, a pesar de sus intermitencias, y más que nada con Neymar.
La joven estrella brasileña fue protagonista de las mejores llegadas de su equipo y de la etapa, primero con un tiro desde afuera del área que resolvió bien Orión (y Papa completó antes de la llegada de Lucas), y después con una entrada clara, solo frente al arco tras un centro de Borges, que no pudo conectar.
La otra ocasión de Brasil en el primer tiempo fue a través de un tiro libre de Ronaldinho, apenas por encima del travesaño.
En el balance de la etapa, Argentina no sufrió en defensa en proporción al dominio al que fue sometido (carencias del rival, alguna virtud propia como el orden), pero en el arco contrario sólo se acercó con un centro frontal que Desábato, saltando más alto que todos, no llegó a cabecear al gol posible.
Augusto Fernández tuvo el gol en la primera chance clara del complemento (a los 7m, entrando por derecha, pero perdió el mano a mano con Jefferson) y, paradójicamente, Brasil sacudió el marcador en la jugada siguiente, con un contragolpe de manual.
Los de Mano Menezes aprovecharon un despeje y Lucas, vertical, se fue solo desde el mediocampo hasta el arco de Orión, que demoró la salida y le permitió una buena definición al brasileño.
Argentina sintió el golpe. Sabella intentó claridad en el medio con el ingreso de Bolatti por Canteros (figura en la ida, esta vez completamente inexpresivo), pero no funcionó. Apenas le quedaron los intentos personales de Augusto, incansable, de ida y vuelta.
A Brasil, la ventaja le sacó presión, le dio desenvoltura, abrió la puerta para la desfachatez de Neymar y Ronaldinho: los cracks resolvieron deleitar a la tribuna y, cuando entendieron que era el momento, lo liquidaron. Fue a los 30m, para ser exactos, con un centro de Fred (tras la enésima proyección de Bruno Cortés) que entre Neymar y Papa mandaron al fondo de la red.
Antes había quedado un "engaño" para el recuerdo de Neymar a Cellay (el de Estudiantes se quedó parado ante una serie de amagues del joven del Santos, que se terminó escapando y envió el centro), y después los últimos intentos argentinos por descontar, entre ellos un remate de Pillud que Jefferson sacó al corner y otro de Viatri ante el que el arquero también reaccionó bien.
No hubo caso. El 2-0 se mantuvo inalterable y la primera prueba "oficial" de Sabella al frente del seleccionado fue derrota, ante el "ole" apasionado e hiriente de los rivales de siempre.
Fuente: Télam.