FÚTBOL | Independiente le ganó por 2 a 0 a Atlético de Rafaela, con goles de Luciano Felix Leguizamón y el basavilbasense Osmar Ferreyra, en un cotejo clave para escaparle al descenso.
Independiente parece volver a sonreír. En su estadio, fue superior a Rafaela y lo demuestró en el marcador: venció por 2 a 0. Así sumó su tercer triunfo consecutivo (venció al Liverpool uruguayo por la Sudamericana y a Unión en Santa Fe el pasado fin de semana) y volvió a ganar un encuentro ante un rival directo en la lucha por la permanencia.
Luciano Leguizamón marcó el primero luego de que el equipo de Américo Gallego inquietara varias veces en el arco rival. Y Osmar Ferreya le dio alivio al local cuando los de Forestello amenazaban con la igualdad.
Ya a los dos minutos estuvo cerca el equipo local de ponerse arriba. Porque Osmar Ferreyra encontró la pelota de cara al arco en el borde del área pero su remate encontró al arquero Sara.
Precisamente el 1 del visitante volvió a negarle el gol a Ferreyra dos minutos después y luego a Leguizamón. Pero el ex delantero de Arsenal tuvo revancha rápido: recibió en el área un pase de Farías y la picó ante la salida de Sara para definir al segundo palo.
De todas formas, Leguizamón no pudo continuar con su buen aporte, ya que a los 25 salió lesionado y Rosales lo reemplazó.
De todas maneras, el equipo local continuó presionando arriba y pudo haber aumentado la diferencia. Como a los 38 minutos, cuando vargas picaba por la derecha para empujar un centro de Farías y Eluchans le sacó el gol al colombiano.
En la segunda mitad el partido se emparejó. Porque Rafaela atacó con convicción y tuvo alguna aproximación peligrosa al arco de Hilario Navarro. Por ejemplo, el disparo desde afuera de Federico González, quien le pegó a colocar y la mando apenas por arriba.
Sin embargo, luego de 20 minutos de sobre saltos, el alivio llegó para Independiente. Fue tras un centro preciso de Farías, de gran partido.. El volante llegó a la carrera , casi llevándosela por delante, estiró las diferencias.
El gol demolió las aspiraciones de los rafaelinos, quienes se cayeron anímicamente y perdieron el control de la pelota. E Independiente se abrazó al triunfo, algo que cada vez le resulta más habitual.