Domingo 25 de Febrero de 2007, 00:39

GRAN TRIUNFO DE BOCA EN AVELLANADA

| El equipo de Russo venció 3 a 1 al conjunto de Burruchaga. Los goles los convirtieron Cardozo, Palacio y Palermo, mientras que Armenteros había puesto en ventaja a los de Avellaneda. Román frotó la lámpara y se terminó el partido, aunque la nota saliente la dio el goleador Martín Palermo que hizo un gol pateando desde la mitad de la cancha y soprendiento a Oscar Ustari que se había adelantado.


El fútbol tiene estas cosas, porque cuando muchos se preparaban para hablar de la marca personal que por momentos le hizo Mariano Herrón a Juan Román Riquelme, se tuvieron que guardar sus palabras, porque apareció el diez de Boca con dos toques para cambiar el rumbo de un partido que era todo “rojo”. Ganó Boca, porque se inspiró Riquelme, justo cuando el conjunto de Miguel Angel Russo más lo necesitaba. Román con sólo dos toques marcó la diferencia. Claro, que sus pases fueron bien aprovechados tanto por Cardozo como por Palacio. Y encima Martín Palermo le puso la frutilla al postre, convirtiendo el gol de la fecha, pateando desde la mitad de la cancha y cerrando el festejo con un abrazo interminable junto a Riquelme. El partido empezó con todo, con los dos yendo a buscar, pero la más clara la tuvo Independiente, con un cabezazo de Guillermo Rodríguez, que pegó en el travesaño y la pelota luego picó en la línea, cuando Mauricio Caranta era un mero espectador de lo que sucedía. Cuando iban 20 minutos del primer tiempo y tanto Independiente como Boca había generado las suficientes situaciones de gol para convertir muchos pensaban que hasta ahí había llegado lo mejor del partido. Pero se equivocaron. Porque la primera etapa tuvo un ritmo impensando, sobre todo por el agobiante calor que azotó durante todo el día a Buenos Aires. Y con el ritmo que no llevaban no sorprendió que se abriera el marcador y lo hizo Independiente, que estaba jugando mejor que Boca, a través de Emiliano Armenteros, quien se anticipó a todos luego de un centro perfecto de Lucas Pusineri. Cuando todo era de Independiente, que justificaba la victoria claramente, apareció la magia de Juan Román Riquelme, quien lento y todo dejó solo a Neri Cardozo para convertir el tanto del empate. Y un minuto después otra vez Riquelme frotó la lámpara, dejando esta vez solo a Rodrigo Palacio, para que el delantero sorprendiera a todos marcando el 2 a 1, con el que se irían al descanso. En el segundo tiempo Boca se quedó sin su mejor delantero, porque Palacio tuvo que dejar la cancha lesionado (lo reemplazó Bruno Marioni) y perdió mucho peso en ofensiva. Independiente fue a buscar, intentó, pero no tuvo fútbol, a pesar de jugar con un hombre más media hora por la expulsión del juvenil Banega. Es que le faltó esa claridad que tuvo Boca en los pases precisos de Riquelme, esos que dejan a un compañero mano a mano con el arquero rival. Y cuando el partido se moría Palermo marcó un gol de antología, pateando desde la mitad de cancha, para superar a un Ustari adelantado. Para que la fiesta sea total. Volvió a ganar Boca, con Riquelme apareciendo sólo un minuto. Suficiente. Más que suficiente, sino que se lo pregunten a los hinchas de Independiente. Fuente: Telám.