Fútbol | ¿Qué es jugar bien? Lo que piensa el "imaginario" colectivo, sus razones, y una nueva posibilidad que surge de su deconstrucción.
El fútbol es un deporte que se puede “jugar” de diferentes modos. En el “imaginario social” contemporáneo, jugar bien es sinónimo de tacos, caños y rabonas, de posesión de pelota, de “tiki-tiki”, por mencionar un eufemismo de hace algunos años. No vamos a cuestionar que todos aspiran y juegan para “ganar”, pero el camino al triunfo no tiene una única dirección, sino que este se va “aggiornando” muchas veces a distintos factores: el material disponible, es decir, con qué tipo de jugadores se cuenta, por un lado, y qué jugadores tiene el rival, por otro, aunque algunos sólo miren a su equipo independientemente del rival que tengan enfrente o, dicho de otra forma, aunque algunos traten de que el rival no incida o no condicione el armado del equipo, sino al revés, sin ser un acto de arrogancia ni mucho menos.
¿Qué es jugar bien, entonces? Debemos tomar un supuesto inobjetable: el fútbol es resultadista, los procesos no se respetan y la paciencia de la gente se agota rápidamente. Por lo que, si los tacos, los caños y las rabonas, junto a la posesión de la pelota y el “tiki-tiki”, no logran meter a la redonda adentro del arco y si ese equipo, encima, sufre uno o dos goles en contra, los “aplausos” de un comienzo se transformarán en “murmullos” y “reproches”. No se trata de realizar un reduccionismo a lo que representa una gama enorme de tonalidades, posibilidades y “merecimientos”. Es decir, como en todos los órdenes de la vida, existen imprevistos y tragos amargos, pero si uno se comporta como debe hay más posibilidades de que le vaya bien a que le vaya mal. Aunque la estadística en nuestro fútbol indica que finalmente termina ocurriendo eso, producto de la impaciencia que poco entiende de proyectos o de ideas más allá de los resultados.
Y acá entramos en una especie de “epistemología” del fútbol, donde también se mezclan sentidos éticos y estéticos. ¿Por qué tener la pelota, plasmar el “tiki-tiki” (siendo exagerados) y lucirse estéticamente significa –utilizando la comparación anterior- “comportarse como se debe”? ¿Asegura que pueda “crear” más situaciones de gol y, por ende, tener mayores posibilidades de convertir y ganar el partido?
Sin dudas que en esta era nuestra, en el aquí y ahora, el Barcelona ha tenido mucho que ver en el “ideal” que convive y se desprende del imaginario de los hinchas del fútbol, donde el rival casi que no condiciona, aún de local, y posiblemente, si miramos al equipo de Messi, la respuesta a la pregunta anterior sea “sí”. Pero debemos ser conscientes también que no todos los equipos tienen los jugadores del Barcelona y quienes quisieron imitar su estilo y no tuvieron los jugadores acordes se han equivocado rotundamente.
Por esa misma razón es saludable que cada dirigente, cada técnico y cada hincha sepan ser realistas y no se molesten sobre todo con aquel entrenador que, consciente de sus limitaciones, juega el partido de otra manera, siendo leal a su creencia y a su material disponible, sabiendo que no siempre se puede jugar de igual a igual ni mucho menos cambiar golpe por golpe. Por eso podemos pensar que “jugar bien” puede significar, simplemente, que los jugadores interpreten y plasmen en la cancha lo que quiere su entrenador siendo "efectivos" al respecto.
Salvando las distancias habidas y por haber, en la fecha 4 de la Liga Regional, se van a enfrentar dos equipos con jugadores y estilos diferentes. Ramsar Juniors y Deportivo Peñarol. El líder y siempre protagonista, con otro que busca su primer triunfo en el campeonato para escaparle a la zona “brava”. La magia del fútbol nos entusiasma nuevamente, y guarda un "lugarcito" recóndito de lo imprevisto para el desafío, pero lo guarda al fin en un sitio importante, donde hay amor propio. Es el único deporte que siempre lo hará. En ese sentido, será un espectáculo súper interesante.