Lunes 27 de Marzo de 2006, 12:20

ERA PARA EL MILLO, PERO FESTEJO EL XENEIZE

SUPERCLÁSICO | El tecla Farías marcó un golazo para el millonario a los 39 del PT. Cuando parecía que era de River, empató Palermo, de penal, a los 45`del complemento. En Boca fueron expulsados Krupoviesa y Abondanzzieri, tras una falta sobre Gallardo. En el "millo" vio la roja Cristian Tula.


Boca Juniors y River Plate empataron 1 a 1 un partido que los "millonarios" tenían en el bolsillo cuando ganaban 1 a 0 y restando 10 minutos se quedaron con dos hombres de más, pero volvió a parecer en escena Guillermo Barros Schelotto y los que terminaron festejando fueron los "xeneizes". Ni un guión de alguna vieja película de vaqueros podría haber resultado tan previsible como éste impredecible final que tuvo hoy el superclásico de la undécima fecha del torneo Clausura. Es que ya se está haciendo algo fácil de imaginar el final de cada historia entre los "primos" en la Bombonera, cuando River parece tener todo dominado y el "mellizo" se pone el traje de héroe para torcer la historia. Como aquel 2-0 que se transformó en 2-2 por obra y gracia de sendos tantos del ex Gimnasia y Esgrima La Plata, cuando Manuel Pellegrini era técnico de River. Como cada vez que el hoy marginado delantero boquense tuvo que hacerse cargo de las flaquezas de sus compañeros para torcer un rumbo equivocado. Este vez el partido se resumió en imágenes, para el inconsciente colectivo, a partir de los 24 minutos del segundo tiempo, cuando perdido por perdido y ante el reclamo de su parcialidad, Alfio Basile cambió el ingreso de Marcelo Delgado por el de Barros Schelotto. El último ídolo en actividad que tienen los hinchas auriazules (el otro, Diego Maradona, también festejó desde su palco) se emprolijó el pelo para este domingo, como si supiera que iba a ser el muchachito bueno de la película otra vez. Y cuando irrumpió en escena, después de varios partidos en que el "Coco" lo había condenado al ostracismo dándole la derecha a su preferido, el "Chelo", River pareció preocuparse más de la cuenta por ese petiso de piernas chuecas con cara de pollito mojado. Pero nada que ver. Los pollitos mojados terminaron siendo los dirigidos por Daniel Passarella, que a un minuto del final saboreaban una victoria que los sostenía en la cima de las posiciones ganando nada menos que el clásico... y de visitantes. Pero les faltó serenidad, contundencia y sangre fría para definir un partido que tenían servido después de las expulsiones de Roberto Abbondanzieri (falta como último hombre contra Marcelo Gallardo) y Juan Krupoviesa (plancha descalificadora contra Daniel Montenegro). Hasta que Daniel Bilos le dejó su lugar a Barros Schelotto, después que Pablo Ledesma hiciera lo propio con el arquero Pablo Migliore. Si hasta el cruce entre el "Pato" y el "Muñeco" parecían afirmar que la historía tenía el mismo guión, como no imaginar entonces que la igualdad de Boca debía tener como protagonista al "mellizo". Y 20 minutos después de su ingreso Guillermo se puso a hacer de las suyas dentro del área de River, desparramando defensores hasta que un hasta allí impecable Julio Cáceres no pudo quitar la pierna y lo derribó. Penal y Martín Palermo empató. Pero todos los abrazos, todas las ovaciones, todo el reconocimiento, fue pura y exclusivamente para Guillermo Barros Schelotto. Ya había quedado en el olvido el golazo de Ernesto Farías a los 38 minutos del primer tiempo y la expulsión de Christian Tula a la misma altura del segundo. Nadie se acordaba de River. Las broncas se descargaron entonces sobre Sergio Pezzota, aunque injustificadamente, porque el empate era consecuencia de un River que no supo imponerse cuando se lo requirió, y de un Boca que tuvo a Barros Schelotto escribiendo su historia. Una historia de sí mismo que se confunde con la del propio club de la Ribera. Pero que en diferentes películas del "superclásico" ya se repite más que Rambo.