En una semana lo que era rojo se convirtió en negro. Tres derrotas al hilo (contra Lanús y Godoy Cruz por la Superliga y frente Atlético Tucumán para quedar afuera de la Copa Argentina) dejaron a Independiente mareado, a ocho puntos de la cima del campeonato y con más dudas que certezas. En Mendoza, había hecho méritos para ponerse en ventaja pero falló en los metros finales y lo pagó carísimo con un penal dudoso que facturó Santiago García en el segundo tiempo.
Godoy Cruz creció y casi sin generar peligro se puso en ventaja tras un penal que cobró Loustau por un supuesto agarrón (nunca se vio si había llegado a agarrar a su marca) de Sánchez Miño cuando caía un córner en el área visitante. El Morro García definió con categoría y puso el 1-0.