San lorenzo | El destino es así, a veces te hace reír, a veces te hace llorar.
Somos así, cuando la mano pinta cambiada, aparece el espíritu San lorencista. San Lorenzo tuvo un año lleno de protagonismo, de principio a fin, incluso ganando la Supercopa argentina (con baile y todo). Pero en pocos días se nos desmoronaron un par de sueños, estas dos Copas que perseguíamos y que nos dejaron sin nada. Duele. Pero sé que contamos con un equipazo (de la mitad de cancha en adelante, ¿quién tiene más que nosotros?) y que lo mejor está por venir. Con jugadores como Belluschi, Ortigoza, Blanco... ¿cómo no voy a soñar con más?
Igual, el partido más importante del año se está por jugar en estos días. Nada es más relevante que volver a casa. A nuestro lugar en el mundo. A la avenida La Plata, ahí donde vamos a quedarnos para siempre. Me vuelvo loco de sólo imaginar el estadio lleno, en pleno Boedo, gracias a ese sueño hermoso que se fue transformando en realidad. El 14 se firma el boleto, ¡y no nos para nadie!. A San lorenzo Lo llevo en la piel. En el alma. Sufro, disfruto y lloro. Y aprendí a entender esos guiños del destino [i]–a veces dulces, a veces agrios–[/i] que forman parte de nuestra idiosincrasia, la del hincha de San Lorenzo. Y que nos hacen únicos.