El clásico terminó con un empate 1-1 en Avellaneda
FÚTBOL | River atacó todo el partido, pero chocó contra una soberbia actuación del debutante Navarro. En el primer tiempo, Sava puso en ventaja a Racing, de tiro penal. Lo igualó Lussenhoff, de cabeza, en el complemento. Incidentes entre barras y la Policía.
Los goles que no se hacen en un arco, se sufren en el otro”. Tan añejo como vigente, el adagio futbolero se confirmó una vez más en el clásico que están disputando Racing y River, Avellaneda.
Los dirigidos por Daniel Passarella tuvieron mayor actitud y vocación ofensiva, pero fallaron sistemáticamente en la definición y -también debe aclararse- chocaron contra una muralla: el arquero Hilario Navarro, quien tuvo una inmejorable carta de presentación en su debut en el fútbol argentino.
El correntino, que siempre actuó en equipos de Paraguay y estuvo a punto de pasar a River antes del presente campeonato, fue la gran figura de la cancha. Al minuto nomás, le tapó un mano a mano a Falcao y repitió su performance en una acción similar a los 18 minutos, también ante el delantero colombiano. A los 30 minutos, detuvo un remate de Ortega y a los 46 desvió con una gran estirada otro intento del ‘Burrito’, de tiro libre.
El ‘Millonario’ atacaba y Racing, replegado, apostaba a los contragolpes, con pelotazos para que Sava o el paraguayo Ávalos buscaran sacar provecho de algún descuido de los defensores. Pudieron anotar Pellerano, con un remate que salió junto al palo izquierdo y el propio Ávalos, con un buen disparo que tapó Ojeda.
Hasta que a los 33 minutos, Lussenhoff le cometió una infracción dentro del área al ‘Colorado’ Sava y el delantero no falló en su definición, con un remate fuerte y bajo, junto al palo derecho. Allí radicó el argumento fundamental para justificar el triunfo: Racing fue menos punzante que River, pero más efectivo.
El segundo tiempo fue casi un calco del primero. River fue al ataque y dispuso de numerosas ocasiones. Pero Navarro jamás falló, mientras que los delanteros visitantes se mostraron llamativamente imprecisos en el instante decisivo.
A los 11 minutos, detuvo con seguridad un remate del chileno Alexis Sánchez -había ingresado por Ortega- luego de una buena acción individual. A los 14 minutos, sacó con una espectacular ‘volada’ un cabezazo de emboquillada de Ruben; a los 17, Falcao definió desviado, con una ‘palomita’, después de un buen centro desde la izquierda; y a los 25, Rosales se lo perdió con un cabezazo dentro del área chica.
Tanto lo buscó River (y tan poco atacó Racing), que al final llegó la igualdad. A los 34 minutos, Lussenhoff -en posición dudosa- conectó de cabeza un centro enviado desde la izquierda y finalmente pudo quebrar la resistencia del -hasta ese momento- impenetrable Hilario.
Fue una justa lección para los dos equipos: los de Passarella pagaron por su falta de definición; los de Costas, por su inexplicable desentendimiento de la faz ofensiva. Es que en el complemento, ni siquiera apostaron al contragolpe, como sí lo habían hecho en la etapa inicial. Ninguno pudo sumar de a tres.
Fuente: Télam.