Fútbol | La pelea del delantero brasileño con Edinson Cavani fue sólo el punto más álgido de un problema que comenzó cuando pagaron 222 millones de euros por contratarlo.
El Paris Saint Germain se prepara para medirse al Bayern Munich por la Champions League bajo una atmósfera de tensión. No es generada por la magnitud del partido, que igualmente genera una presión extra. El ambiente está caldeado por el conflicto entre el brasileño Neymar y el uruguayo Edinson Cavani, enemistados tras discutir por la ejecución de un penal en el duelo ante Lyon por la Liga francesa. Contrariamente a lo que se piensa, no fue el punto de partida de los problemas del vestuario del club parisino. Aquella noche en el Parque de los Príncipes, se llegó al momento más crítico en una disputa ya existente.
El enfrentamiento entre los delanteros, que junto con Kylian Mbappé formarán el tridente de lujo para medirse ante Los Bávaros en la Liga de Campeones, comenzó a gestarse desde que el PSG pagó la cláusula de 262 millones de dólares al Barcelona para convertir a Neymar en el transferencia más cara de la historia. Sucede que, inmediatamente después de hacerse la operación, la UEFA notificó a la entidad francesa de que podría ser sancionado bajo del reglas del 'Fair Play Financiero.
Según cuenta el periódico El País, Al Khelaifi, presidente del PSG, y su director general, Jean-Claude Blanc, hicieron que en 48 horas se notifique a casi la mitad de los jugadores de que tenían la puerta de salida abierta.[b] "La lista incluyó a Di María, Pastore, Matuidi, Moura, Draxler, Ben Arfa, Aurier y Thiago Silva. Algunos se cuentan entre los jugadores más influyentes del equipo en los últimos años y el mensaje, según uno de los receptores, fue deshonroso"[/b], reveló el rotativo español.
Aquella medida, que por ejemplo provocó la abrupta salida del mediocampista Blaise Matuidi [i]-uno de los líderes del grupo-[/i] a la Juventus por solamente 23 millones de dólares, ha generado una sensación de inseguridad generalizada entre los integrantes de la plantilla, que se sintieron en peligro por la llegada de Neymar. La grieta comenzó a abrirse lentamente y el uruguayo Edinson Cavani era uno de los más indignados.
Con el correr de los entrenamientos, Neymar comenzó a perder adeptos entre sus compañeros. Sólo Dani Alves sigue firme a su lado. Pero incluso otros brasileños como Marquinhos y Lucas Moura cuestionan sus conductas. Nadie discute su rol de jugador con más jerarquía en el equipo, pero no toleran su actitud desmesurada. [b]"En un vestuario plagado de colegas en venta por su causa, Neymar se comportó como si su consagración derivase de su fichaje por 222 millones de euros. Thiago Silva y Thiago Motta le explicaron que ahí había grandes futbolistas expertos a los que no podía ignorar. Cavani le exigió respeto para los veteranos. Neymar los escuchó con aire distraído"[/b], agrega El País.
[i]FUENTE: INFOBAE[/i]