FÚTBOL | Boca Juniors se consagró campeón de la Recopa Corona Sudamericana, al cabo de un partido muy raro que penosamente logró igualar en el último instante 2-2 frente a Arsenal, resultado que le bastó dado el 3-1 conseguido en el encuentro de ida.
Rodrigo Palacio puso en ventaja muy temprano al equipo de Carlos Ischia, que jugó un primer tiempo de gran nivel e impuso amplia superioridad, pero se distendió en la parte final y permitió que Arsenal diera vuelta el marcador con goles de Sebatián Carrera y Mauro Matos.
Y así fue que la expectativa se mantuvo hasta la última acción del partido en la que Juan Román Riquelme, con involuntaria complicidad del arquero Cristian Campestrini, selló el empate definitivo.
Cuando estaban 1-1, Arsenal sufrió la expulsión del paraguayo Carlos Báez (fuerte infracción a Riquelme) y cuando estaban 2-1 también se fue Cristian Díaz (infracción a Lucas Viatri y doble amonestación). Pero ni aun con dos hombres de ventaja Boca recuperó la compostura del comienzo.
De esta manera el club de la Ribera alcanzó su decimoctavo título internacional e igualó el record del Milan de Italia. Además fue la cuarta Recopa Sudamericana para los xeneizes, que ya habían ganado el torneo en 1990, 2005 y 2006. A los 20 segundos de juego Matos bajó una pelota en el área de Boca, Alejandro Gómez apareció por derecha y sacó un remate que Mauricio Caranta, con esfuerzo, desvió al córner.
Pudo haber sido el gol que le hubiera dado atractivo a la competencia. Pero no lo fue y en su primer ataque profundo, a los 6 minutos, Boca se puso en ventaja. Sebastián Battaglia robó en el medio, abrió para Palacio que jugó al área para la diagonal de Viatri y fue a buscar la devolución. El centro del juvenil desde la derecha le cayó justo al bahiense que lo conectó y derrotó a Campestrini.
A partir de ese gol, Arsenal perdió todo el ímpetu con que había empezado y Boca se movió a voluntad, haciendo circular muy bien la pelota, con un gran trabajo de Hugo Ibarra y buenos aportes del reaparecido Riquelme y Battaglia. Todas las acciones de interés tuvieron lugar en el área de Arsenal. Como un cabezazo alto de Battaglia a los 17, un remate de Ibarra que tocó el palo izquierdo a los 20 y una gambeta de Palacio a Campestrini, que logró neutralizar el arquero, gateando.
Al llegar al entretiempo la sensación de cosa juzgada era incontrastable y de ninguna manera podía preverse un vuelco en la situación. Sin embargo, en el segundo período Boca se relajó más de lo debido, aunque Arsenal seguía sin aparecer en el partido. A los 11 Riquelme remató desviado desde muy buena posición y fue el comienzo de una extensa serie de disparos en los que le faltó puntería y que pudieron haber definido el juego mucho antes.
Dos minutos después Boca quedó mal parado, Gómez ganó una pelota en el área ante la dubitativa salida de Caranta, Javier Yacuzzi lanzó el centro desde la izquierda y Carrera, llegando por el sector opuesto, estableció el inesperado empate.
El cosquilleo de la gente de Boca pareció terminar a los 20 minutos cuando Riquleme armó una muy buena jugada personal y Báez, que lo barrió violentamente, se ganó la tarjeta roja.
No obstante, Arsenal marcó otro gol a los 24 a través de un cabezazo de Matos al primer palo tras centro de Carrera, acción que volvió a desnudar las flaquezas del equipo de Carlos Ischia en este tipo de situaciones.
Boca procuró salir de su desorden con la conducción de Riquelme y un traslado lento que no por eso fue seguro. Y Arsenal, sin nada que perder y con un buen trabajo de Gómez, no se dio por vencido. Cuando se fue expulsado Díaz a los 34 se le hizo más difícil al equipo de Daniel Garnero poder compartir la posesión de la pelota y el local pudo mantener el juego lejos de su arco. En el tercer minuto de tiempo agregado, por fin Riquelme acertó al arco en un tiro libre desde la izquierda y con la ayuda de Campestrini evitó la derrota y aseguró un nuevo título internacional para los xeneizes.
Fuente: DyN.