| El equipo de La Volpe cayó por 1 a 0 ante Belgrano y el empate de Estudiantes y Argentinos, postergaron al menos una semana los festejos del campeonato. Se define el domingo que viene en la Bombonera.
Mal partido de Boca. No funcionaron sus delanteros. No estuvo firme su defensa. Y cuando encontró el camino para lastimar a Belgrano se encontró con Germán Montoya, el firme “arquerito” de Belgrano.
Y perdió Boca. Porque jugó creyéndose campeón de ante mano y eso lo pagó caro.
En el primer tiempo el equipo de la ribera salió decidido a buscar el partido, atacando con mucha gente, presionando en todos los sectores del campo, pero le duró poco.
La cuestión es que ni Martín Palermo, ni Rodrigo Palacio tuvieron una tarde ni cercana a lo que pueden mostrar.
Claro, a su favor tienen que nunca fueron bien asistidos, porque hoy los volantes de Boca brillaron por su ausencia, sobre todo la de Fernando Gago, quien jugó más para mantener su “facha”, arreglándose más el pelo que tocando la pelota.
Entonces, el chiquito Andrés Ríos se cansó de complicar a toda la defensa de Boca. Este juvenil delantero de Belgrano complicó a todos y provocó que en cada ataque del conjunto cordobés La Volpe se agarrara la cabeza.
Los primeros 45 minutos, más allá de las emociones, pasaron sin pena ni gloria, y todas las miradas quedaron centras en la parte final.
Boca salió a jugar el segundo tiempo sabiendo que Argentinos le estaba ganando a Estudiantes y teniendo claro que si llegaba a perder también se consagraba tricampeón.
Será por eso que a nadie le sorprendió que Franco Peppino, tras una buena jugada personal dentro del área, batiera a Aldo Bobadilla para poner a Belgrano arriba en el marcador.
Con el 1-0 abajo Boca se fue con todo en busca del empate, pero no tuvo claridad, no fue profundo, y pese a que su entrenador mandó a más delanteros a la cancha, no supo como vulnerar al seguro Montoya.
Los minutos pasaban y las miradas en Córdoba ya estaban centradas en las radios, todos escuchaban lo que pasaba en La Paternal, porque un gol de Estudiantes podía postergar los festejos.
Todos los que estaban en Córdoba sospecharon lo peor cuando vieron que Mauricio Macri se asomó en la puerta del vestuario, vestido para festejar el tricampeonato.
Y en el momento en la que la poca feliz actitud de Macri se produjo llegó el gol de Pavone, el del empate de Estudiantes, el que se gritó en La Plata y el que gritaron los hinchas de Belgrano.
Porque Boca preparó una fiesta y se quedó sin nada. Todavía tiene ventaja sobre Estudiantes y empatando el domingo en su estadio con Lanús será campeón. Pero hoy se fue de Córdoba con la cabeza gacha y con muchas dudas. Tiene una semana para arreglar sus problemas y poder ser finalmente tricampeón.
Fuente: Télam.