FÚTBOL | Con goles de Riquelme y Silva derrotó 2-1 a Unión Española de Chile, que logró la igualad parcial a través de Sebastián Jaime.
Con mucho sufrimiento y sin jugar nada bien, Boca Juniors venció agónicamente como local por 2 a 1 a Unión Española de Chile, en el partido que abre una de las llaves de los octavos de final de la Copa Libertadores de América. Juan Román Riquelme y Santiago Silva anotaron para el Xeneize, mientras que Sebastián Jaime había igualado transitoriamente para los chilenos.
Luego de una primera ronda en la que había arrancado con algunas dudas (empate ante Zamora y derrota con Fluminense), el equipo de Julio César Falcioni fue poco a poco recuperando su nivel y terminó la fase de grupos como uno de los grandes candidatos a quedarse con este torneo.
Pero claro, antes debía sortear al duro equipo chileno, que ganó su grupo y que, en base a un trabajo en conjunto, amenazaba con intentar dar el zarpazo en la mítica Bombonera.
En este contexto, si bien el Xeneize comenzó tomando la iniciativa del encuentro, el visitante se le paró de igual a igual y logró complicarlo en ese arranque. Boca no hacía pie y, aunque lo intentaba, no lograba tomar el total dominio del balón.
Por eso, la primera chance llegó recién a los 14 minutos y fue mediante un aislado remate de Riquelme que el arquero Eduardo Lobos no tuvo mayores problemas para controlar.
Pero claro, el conjunto chileno no se amilanaba y también apostaba por el ataque, con los pelotazos frontales como principal arma ofensiva, teniendo en cuenta que los mismos complicaban y mucho a los centrales xeneizes.
Así lo tuvo dos veces de cabeza el visitante, primero con un frentazo de Emanuel Herrera que salvó muy bien Agustín Orion y más tarde con otro testazo de Sebastián Jaime que se fue apenas rozando el palo derecho del arquero.
A los 24 minutos, en la primera jugada colectiva del local, Riquelme frotó la lámpara, armó una gran pared con Darío Cvitanich y definió con un certero zurdazo esquinado que decretó la apertura del marcador, quizás en el peor momento de su equipo.
Más tarde, Santiago Silva pudo aumentar con una media vuelta y Mauro Díaz, ex River, buscó el empate con un lejano remate que Orion desvió al tiro de esquina.
Sobre el final de ese primer tiempo, Boca iba a sufrir una baja muy sensible, ya que Pablo Ledesma sufrió un golpe en su rodilla y tuvo que ser sustituido al inicio de la segunda mitad por Diego Rivero.
En ese complemento, el Xeneize siguió intentando tener la iniciativa para hacer valer su localía y aumentar una ventaja con gustito a poco. Sin embargo, el local era un equipo cuando atacaba (sobre todo cuando Riquelme se iluminaba) y otro muy distinto cuando defendía.
Y fue esa fragilidad defensiva la que le permitió a Jaime conseguir la igualdad luego de una gran corrida tras un pelotazo largo y un cabezazo que lo dejaron mano a mano con Orion para marcar el sorpresivo pero quizás merecido empate.
Fue ahí cuando La Bombonera se silenció por completo. Nadie podía creer lo que estaba viendo y el equipo chileno estaba consiguiendo una igualdad con olor a épica.
Sin embargo, de tanto ir y pese a tener muy poca claridad, el Xeneize iba a tener su mínimo premio. En la última jugada del partido, el ingresado Pablo Mouche armó una buena jugada que culminó con un centro y el preciso cabezazo de Silva para poner el 2 a 1 y desahogar esa bronca contenida por el mal partido que había jugado el equipo de Falcioni.
Así, Boca se terminó conformando con el triunfo que obliga a Unión Española a ganar como local. Pero claro, el gol de visitante y la chance de vencer apenas por 1 a 0 para pasar a cuartos de final son la esperanza de un equipo chileno que, pese a la amargura del gol sobre el final, terminó viendo este resultado con buenos ojos.