FÚTBOL | Boca Juniors, que venía de perder de local ante Fluminense, ganó un partido muy complicado ante Arsenal, en Sarandí, por 2 a 1 y, al cabo de tres fechas, se ubica segundo en el grupo 4 de la Copa Libertadores de América.
El conjunto local se puso en ventaja, a los 10 minutos del primer tiempo, con un gol en contra de Clemente Rodríguez; pero el equipo que dirige Julio César Falcioni lo dio vuelta con tantos de Pablo Mouche, a los 28 de la etapa inicial, y de Pablo Ledesma, a los 22 del complemento.
Con este resultado, Boca alcanzó el segundo puesto con 4 puntos, cinco menos que el líder, Fluminense, de Brasil (superó a Zamora, el última de la zona, por 1 a 0, en Río de Janeiro); mientras que Arsenal se quedó en la tercera colocación con tres unidades.
El próximo miércoles ambos equipos volverán a enfrentarse, pero esta vez en La Bombonera. Seguramente ese partido será decisivo para las aspiraciones de los dos en el certamen.
El primer tiempo mostró la peor cara de Boca en el año: flojo en defensa, impreciso y sin presión en el mediocampo, carente de ideas para generar juego y sin peso ofensivo en ataque.
En síntesis, el equipo de Falcioni hizo todo mal, pero contó con una cuota de suerte para no irse abajo en el marcador.
Arsenal, que fue simple y efectivo, golpeó de entrada, con el gol de Clemente Rodríguez, en contra, a los 10 minutos, y después manejó la pelota y el ritmo del partido con mucha inteligencia.
Los dirigidos por Gustavo Alfaro jugaron con criterio cuando tuvieron la pelota en su poder. Esa fue la principal virtud para ser superior a Boca.
El equipo de Sarandí explotó la espalda de Clemente Rodríguez, de muy floja tarea ya que no aportó ni en defensa ni en ataque, y también la desesperación de su rival. Y atacó por los costados con Carlos Carbonero y Nicolás Aguirre.
Justamente pudo haber ampliado la ventaja con sendos remates de estos volantes, pero ambos disparos se fueron por arriba del travesaño.
Boca, que recibió por tercera vez consecutiva un gol en los diez minutos iniciales, falló en todas las líneas.
Los errores en el fondo fueron una constante en los últimos dos partidos, derrotas ante Fluminense (1-2) e Independiente (4-5), ambas en La Bombonera. Pero sí había generado juego en ataque, algo que en este encuentro no pasó.
Juan Román Riquelme, de gran nivel en los últimos dos encuentros, no gravitó. Y a eso se le sumó la poca incidencia en el juego de Diego Rivero y Walter Erviti. Entonces Pablo Mouche y Santiago Silva quedaron aislados.
En el peor momento de Boca, llegó el inmerecido empate con una gran jugada colectiva entre Mouche y Riquelme, que no pudo definir Silva por un gran corte de Lisandro López, pero que sí concretó el propio Mouche (algunos insisten en su posición adelantada), tras capturar el rebote y definir cruzado al palo derecho de Cristian Campestrini.
Después el desarrollo se niveló, ya que Arsenal no fue incisivo como en la media hora inicial, y Boca ganó un poco de solidez en defensa.
El complemento se jugó cómo le gusta a Falcioni: con un Arsenal protagonista, que se expuso en defensa, y con Boca parado para jugar de contraataque a la espera de un error del rival.
Y el equipo de Sarandí se equivocó una vez, y el conjunto visitante se puso 2 a 1. A los 22 minutos, Clemente Rodríguez (mejoró en el segundo tiempo) envió un centro desde la izquierda y Ledesma, que había ingresado a los 17 minutos por Rivero, a la carrera marcó el gol de la victoria.
Arsenal, pese al golpe, fue a buscarlo (Alfaro realizó los tres cambios), y lo tuvo: a los 32, Luciano Leguizamón, abajo del arco, pero adelantado, se perdió un gol increíble.
Pasaron los minutos, el resultado no se modificó y Falcioni pudo ganarle a Arsenal, tal vez en el encuentro más importante, tras siete años de frustraciones.