| Con tiros desde el punto de penal los xeneizes vencieron a Pumas de México por 4 a 3. En los 90 minutos regulares empataron 1 a 1. El gol de Boca llegó por intermedio de Martín Palermo a los 31´ del primer tiempo. Empato Marioni a los 9´del complemento.
Boca Juniors venció por 4 a 3 a Pumas de México en la Bombonera y se consagró por segundo año consecutivo campeón de la Copa Sudamercana. Luego de igualar 1 a 1 los 90 minutos regulares del partido de vuelta de la final todo terminó con una conmovedora celebración 'xeneize'.
El festejo que se extendió a lo largo y lo ancho del país con el clásico epicentro del Obelisco, como si un reguero de felicidad azul y otro bajara como lava desde ese volcán que fue la cancha de Boca, atestada por 50.000 "fieles".
Claro que para llegar a esta alegría y como para saborearla más, Boca tuvo que sufrir mucho antes de conseguirla. Porque los boquenses vivieron un primer tiempo de pura tranquilidad, bajo el aliento constante de su parcialidad, la pasividad del árbitro paraguayo Carlos Amarilla para hacer la vista gorda a su favor en algunas jugadas puntuales y un Pumas que no inquietaba a Roberto Abbondanzieri.
Dentro de todo este panorama absolutamente favorable, lo único que le faltaba al "xeneize" era llegar al gol. Y ese "regalo" se dio apenas superada la media hora, cuando Federico Insúa lanzó un tiro libre desde la derecha que Martín Palermo conectó con un acrobático taco, pero sin apuntar a un destino cierto, y sin embargo terminó en la red del arco defendido por Sergio Bernal.
Pero la segunda mitad trajo un bajón físico de los locales y antes de los diez minutos llegó el empate de los mexicanos luego de una falta en el área de Rolando Schiavi. El argentino Bruno Marioni cambió el penal por gol y el padecimiento para los xeneizes se prolongó.
El conjunto visitante pudo ponerse en ventaja luego de un rechazo defensivo de cabeza de Marioni que generó un contraataque para Ismael Iñiguez, interrumpido fuera del área por Abbondanzieri. Era expulsión para el arquero, pero el arbitro dejó todo como estaba con una tarjeta amarilla y Boca salvó la ropa. Algo que ocurrió inmediatamente cuando Leandro Augusto estrelló un zurdazo en el travesaño.
A partir de esos apremios, los locales sacaron fuerzas de flaquezas y salieron con mucho orgullo en pos de la victoria, generando un par de ocasiones en las cabezas de Daniel Bilos y su mejor figura, Rodrigo Palacio, que salvaron sucesivamente el arquero Bernal y el volante Gerardo Galindo.
Se fue lesionado Fernando Gago (lo reemplazó Pablo Ledesma) con una lesión en la rodilla derecha (podría ser de gravedad) y Boca perdió equilibrio en el medio, por lo que terminó apostando a los tiros penales ante la ausencia de oportunidades en el juego de arriba. Una prueba de ello fueron las salidas de Bilos y Palacio para que ingresaran dos buenos pateadores desde los doce pasos como Guillermo Barros Schelotto y Marcelo Delgado.
El "Chelo" pudo lograr una reivindicación histórica cuando a un minuto del final remató desde el borde del área y su derechazo combado rebotó en el poste izquierdo del arco visitante. Así se consumieron los 90 minutos regulares y como en la final de la Copa Libertadores de 2001 frente a Cruz Azul, también de México, todo se resolvió desde los doce pasos. Una distancia que como en los grandes momentos de Carlos Bianchi, ahora también le sonrió a Alfio Basile.
Aparecieron las manos y los pies de Abbondanzieri para atajar dos penales y convertir el definitivo, el del título, el de la gloria. Los 13 títulos del "Pato" y los del "mellizo" son ahora de la buena suerte.