| El Rojo ganaba con gol de Eluchans (PT 34m), pero se durmió y el local alcanzó el 2-1 con tantos de Villarreal (ST 29m) y Salvatierra (ST 39m). Los de Burruchaga apenas pudieron sumar un punto en el torneo.
Se hunde rápido y fácil, Independiente. Ya casi sin expectativas de pelear por el título cuando el torneo apenas comienza a nacer, y cada vez las lejos de las Copas. Objetivo consuelo, pero objetivo al fin. Esta vez, con más de entusiasmo y corazón que de juego, Banfield dio cuenta de un equipo que ofrece poco desde lo futbolístico y padece una alarmante fragilidad anímica. Como ante Boca, la semana pasada, al equipo de Burruchaga le dieron vuelta el resultado como consecuencia de un derrumbe de moral y otra vez sufrió dos goles en unos pocos minutos (lo sufrió también frente a Colón, por la primera fecha). Independiente no puede evitar descomponerse cada vez que le convierten. Por eso, apenas sumó un punto sobre 12 en juego y está en alerta meteorológico.
Pese a todo, el cuadro de Avellaneda arrancó mejor y en los primeros minutos dispuso de tres chances claras para convertir, en los pies de Sosa, Guillermo Rodríguez y Pusineri. Sin ejercer el control de la pelota, Independiente era más punzante y lastimaba en cada avance. Por eso no sorprendió cuando Eluchans puso el 1-0 con una certera definición, tras un buen pase de Denis.
Banfield había forzado un equilibrio territorial, pero no preocupaba. Salvatierra y Civelli no hacían aportes trascendentes por las bandas y Vitti y Barrales entraban poco en juego. El partido se jugaba con el pulso que más le convenía a Independiente, que además encontraba garantías en la solvencia de Gioda.
Pero la mano cambió en el segundo tiempo. Hernández mandó a la cancha a Andrizzi y Cvitanich, figuras y goleadores en la naciente etapa. Luego entró Chatruc y se hizo la luz para Banfield, que comenzó a arrinconar a la visita a pesar de la salida de un delantero (Vitti le dejó su lugar al Pepe). Cvitanich exigió a Ustari con un buen derechazo y luego estrelló un cabezazo contra el travesaño, Andrizzi y Chatruc ganaban la cuerda y preocupaban a puro centro. Y así llegaron los goles. Primero, el ex Racing y San Lorenzo, quien tuvo un duelo personal con los hinchas visitantes, metió un centro perfecto para la cabeza de Villarreal, que la cruzó y dejó sin reacción a Ustari.
Independiente se vino abajo. Ya no pudo generar nada desde lo colectivo y sólo el pibe Sosa exigió a Lucchetti tras una buena acción individual. Y a seis minutos del final, Chatruc observó el ingreso por el segundo palo de Barrales y envió el centro para que el volante de Banfield, descuidado por los marcadores rivales, batiera al juvenil arquero con un cabezazo de pique al suelo.
Independiente no encuentra el rumbo. Y al ser incapaz siquiera de ofrecer respuestas anímicas, no se avizora una solución. El fútbol suele ser ingrato con el tiempo. ¿Lo tendrá Burruchaga?
Fuente: TyC Sports.