| El equipo de Gustavo Alfaro consiguió su tercer triunfo consecutivo ante el golpeado Nueva Chicago con dos goles de Mauro Obolo (PT 12m y ST 6m), uno del debutante Pablo Mouche (ST 20m) y otro de Santiago Raymonda, y lidera el Torneo Clausura. El Torito terminó con diez por la expulsión de Facundo Talín (PT 38m).
Arsenal, desde el silencio y el trabajo, vuelve a ser protagonista del Torneo Clausura. El conjunto de Gustavo Alfaro se mostró demoledor al vencer por 4-0 al vapuleado Chicago, en Mataderos, y ahora disfrutará del devenir de la fecha sabiéndose puntero absoluto con nueve puntos: tres partidos jugados y tres ganados.
Luego de un comienzo algo impreciso, el equipo de Sarandí golpeó primero a los 12 minutos y de contraataque por intermedio de una gran definición de Mauro Obolo, la figura de la noche, quien ingresó mano a mano por el medio tras una incursión de Llama, siempre peligroso por la izquierda.
Sin embargo, a esas alturas pocos podrían imaginar cómo seguiría el trámite, ya que lejos parecía la visita de tener el partido controlado. El Torito, más voluntad que fútbol, se arrimaba con centros, como el que cabeceó Talín a quemarropa y Cuenca logró sacar. Además, el arquero también tuvo trabajo ante un remate de Martínez. Por entonces, Arsenal se había quedado, y sólo había vuelto a llegar con un cabezazo de San Martín que sacó Navarro Montoya. Pero la expulsión de Talín por un codazo, a los 38 minutos, terminaría por echar la magra suerte de los de Rodolfo Motta.
Así, luego del entretiempo todo cambió. El equipo de Alfaro salió dispuesto a liquidar el pleito y los seis apareció Garnier por derecha, envió un centro que despejó el Mono y otra vez Obolo, ingresando por el medio, anotó con un disparo fuerte, alto e inatajable. Ya sería todo de Arsenal: Obolo tuvo un mano a mano que tapó el arquero y Llama estrelló un tiro en el palo.
Y a los 19 entró Pablo Mouche, autor de dos goles en el Sudamericano Sub 20 y debutante en Primera y, segundos después, en la primera pelota que tocó, marcó el tercero. Valdemarín desbordó por derecha (otra vez los huecos en los laterales ponían en aprietos a Chicago), mandó el centro pasado y el juvenil cabeceó libre para decretar la goleada.
Aunque faltaba lo mejor: a los 32, Santiago Raymonda, otro ingresado, se movió de derecha al centro del ataque y la empaló impecablemente por sobre la cabeza de Navarro Montoya. Después, sólo hubo tiempo para un remate de Damonte que pegó en el travesaño y la línea de gol, como para acentuar el mal momento de Chicago, al que no le sale nada, tiene sólo un punto y se fue con silbidos y abucheos para los jugadores y Motta.
Fuente: TyC Sports.