FÚTBOL | Colón de Santa Fe perdió con Arsenal de Sarandí 2 a 0 en un encuentro correspondiente a la segunda fecha del Torneo Apertura. Los goles del equipo de Gustavo Alfaro llegaron a través de sendos cabezazos de José Luis Calderón en el primer tiempo y Leonardo Ulloa durante el segundo período tras un grueso error del arquero Laureano Tombolini.
Arsenal consiguió este viernes su primer triunfo en el Torneo Apertura, por 2-0 sobre Colón, en el inicio de la segunda fecha del certamen.
En la porción inicial de la etapa, fue el santafesino el que más intentó, aprovechando las desinteligencias defensivas del local, sobre todo por el sector de Gastón Filgueira, y fallando tan solo en la puntada final. No bien comenzaba el encuentro, Emanuel Centurión cabeceó solo afuera tras un desborde de Rubén Ramírez por derecha, y luego el mismo Ramírez desperdició un mano a mano con un tímido disparo y Freddy Grisales un remate cruzado.
Así, para el conjunto de Leo Astrada la pesadilla de la caída con Vélez amenzaba con repetirse. Y sucedió. En la primera llegada clara de Arsenal, Germán Rivarola debió sacar la pelota en la línea, y la misma jugada derivó en el pase que dejó a Calderón en las narices de Laureano Tombolini, quien tapó su primer tiro y dio rebote para que Caldera no vuelva a fallar. Definición baja y precisa para el certero golpe de los de Gustavo Alfaro, precisa TyC Sports.
Lo que siguió fue menos claro... Ambos bandos cayeron en imprecisiones y se repartieron escasas y desdibujadas situaciones. Y luego del descanso la historia se repitió, aún más acentuada. Dos tiros al travesaño y uno en el palo confirmaron la desgracia sabalera.
Pese a que Calderón se perdió el segundo en una incursión por izquierda, lo que siguió fue, tal vez con una excesiva centralización del juego, un interminable asedio santafesino: intentaron Gandín y dos veces Grisales y atajó Cuenca, el ingresado Claudio Enría cabeceó al palo y Ariel Garcé reventó el travesaño.
Y otra vez... Pelotazo frontal, Tombolini que amaga a capturarlo frente a las narices de Leonardo Ulloa y se queda reclamando, y el delantero que define abajo, al palo derecho del arquero. El balón que ingresa al arco como pidiendo permiso. Entre la sorpresa y la injusticia, Arsenal consumaba su victoria.
Todos los comentarios entonces se refirieron a la mala suerte de Colón. A sus dos caídas sobre dos partidos. A su increíble falta de explosión arriba. Mientras tanto, segundos antes del pitazo final, Gandín remataba al arco. Y el balón besaba el horizontal, caprichoso hasta el mismo epílogo.