| El seleccionado argentino de básquetbol superó a Jordania y consiguió su cuarto triunfo consecutivo en el Mundial de Turquía. La victoria para el equipo de Sergio Hernández fue de 88 a 79, exigua teniendo en cuenta la debilidad del rival.
El conjunto nacional fue siempre arriba en el marcador y por momentos alcanzó una diferencia de 20 puntos, sin embargo, al igual que en sus anteriores presentaciones volvió a depender de Luis Scola (30 unidades y 13 rebotes), Carlos Delfino (18) y Pablo Prigioni (seis tantos y nueve asistencias). Por su parte, el colonense Paolo Quinteros, con 11, fue el tercer goleador del elenco. Con eso le bastó a los albicelestes para despachar a su oponente de turno, ya eliminado de la cita ecuménica. y este jueves, a partir de las 13, definirán el primer puesto del Grupo A frente a Serbia. Probablemente, el ganador de la zona evitará medirse en octavos de final con Estados Unidos, Grecia o España. Tuvo que apretar los dientes más de lo previsto, pero Argentina sumó ante Jordania su cuarta victoria en el Mundial de Básquet. Fue 88 a 79 para seguir invicta y asegurarse al menos el segundo puesto del grupo A, con un Luis Scola que termina de consolidarse como una de las grandes figuras del torneo.
A diferencia de lo que había ocurrido contra Angola el lunes, bien pronto en el partido la Selección marcó diferencias que eran tranquilizadoras. Antes de que se cumpliera la primera mitad del cuarto inicial, un parcial de 11-0 ya la había puesto 15-4 arriba. Cerró ese período 35-19 adelante y manejó la diferencia en el segundo para terminar en ventaja por 49-37.
Pero a la salida de los vestuarios se vio lo peor de Argentina, con un tercer cuarto para el olvido. Desde el comienzo apareció con fuerza Jordania con tres triples para dejar la diferencia apenas en tres puntos (49-46) y aunque después la Selección se recuperó el cierre del parcial fue un preocupante 61-55.
Tampoco en el último cuarto se logró imponer las diferencias que existían en los papeles. Otra vez fueron claves las apariciones de Scola, que metió 30 puntos y se convirtió además en goleador del torneo. Tuvo que jugar nada menos que 37 minutos -lo mismo que Carlos Delfino-, un dato preocupante de cara a los duros compromisos que se vienen. El cierre fue bien estrecho, con Argentina arriba al final por nueve puntos. Una victoria, apenas eso, porque quedó mucho por corregir, señala Clarín.