Argentina, sin brillar, ganó

El seleccionado argentino venció a Paraguay 1-0 y se clasificó primero del Grupo C de la Copa América. Por eso tendrá que jugar el domingo ante Perú, segundo del Grupo A, en Barquisimeto. Argentina, que jugó con ocho futbolistas habitualmente suplentes, no tuvo una buena noche, no generó situaciones claras de gol, pero con su actitud le alcanzó para justificar la victoria. Paraguay, que obtuvo el segundo puesto del grupo, tendrá que enfrentar, también el domingo, al seleccionado mexicano, que se clasificó primero del Grupo B. En el comienzo del partido se notó que ninguno de los dos estaba dispuesto a arriesgar demasiado, pero el seleccionado argentino salió con un poco más de decisión a buscar la victoria. Estaba claro que ante mano que los paraguayos iban a especular con el resultado porque un empate los clasificaba primeros del Grupo C y con ese resultado esquivaban al complicado México. Pero Argentina, como en el comienzo de sus dos partidos anteriores, se mostró intrascendente, con toques sin profundidad y ante ese juego, los dirigidos por Gerardo Martino sólo se dedicaron a mirar, sin presionar, esperando bien firmes en su zona defensiva. Recién llegando el primer cuarto de hora de juego los argentinos tuvieron una chance clara de gol: Rodrigo Palacio desbordó por derecha, envió el centro y Pablo Aimar, arrojándose de cabeza, no pudo conectar la pelota cuando Aldo Bobadilla ya esta vencido. Después de esa el equipo de Basile casi no llegó con seriedad al arco contrario y sólo un remate de Carlos Tévez despertó de la modorra a todos. ¿Paraguay? Poco y nada, aunque la movilidad de sus puntas, Nelson Cuevas y Salvador Cabañas insinuaron con complicar, pero en una sola oportunidad le vieron de cerca la cara a Roberto Abbondanzieri, pero el ex arquero de Boca resolvió con categoría. En el comienzo de la segunda etapa los argentinos salieron más decididos a presionar arriba, pero nuevamente tropezaron con la firme defensa de Paraguay y sólo con remates de larga distancia, como uno de Tévez que pegó en el palo, u otro de palacio, que dio en el travesaño, asustó al equipo de Martino. Como Argentina no podía doblegar a Paraguay Basile mandó a la cancha a Lionel Messi, ovacionado por todo el estadio, y a Javier Mascherano. Con el ingreso del jugador de Barcelona el seleccionado argentino tuvo más vértigo en ataque y con Mascherano más marca, pero también gol, porque cuando en el partido pasaba poco y nada, el ex River, con un remate a colocar desde el borde del área grande quebró el cero y puso al seleccionado nacional arriba en el marcador. Martino en ese momento se acordó que también vale atacar, mandó a la cancha a Roque Santacruz, Basile puso a Roberto Ayala, y no hubo tiempo para nada más, porque el triunfo argentino, sólo justificado en la actitud, estaba consumado. Fuente: Télam.