FÚTBOL | La Selección derrotó a Bélgica en el Estadio Nacional de Brasilia, por los cuartos de final del Mundial Brasil 2014. El equipo nacional logró accedera Semifinales por primera vez en 24 años.
Pasaron 24 años, la espera fue larga, extremadamente larga para un país rico en talentos futbolístico. La última vez había sido en Italia '90 con Maradona como emblema, hoy con Messi como guía. Aún falta y hay que jugar, pero está todo dado y hay que ir por ello. La próxima estación es Holanda o Costa Rica, que juegan a las 17, el miércoles en San Pablo.
El partido de cuartos de final fue mucho más amigable para la Argentina que los cuatro anteriores. Bélgica generó poco, no forzó el error de la Selección y dejó jugar. La Selección tampoco descolló, pero fue mejor que su rival y convirtió un gol rápido que muy probablemente haya roto los planes del equipo europeo. Lo hizo mediante el hombre que más lo necesitaba y al que más extrañaba: Gonzalo Higuaín, quien no había podido marcar en los 353 minutos anteriores que había disputado lo hizo hoy, con una volea que dejó sin opciones a Thibaut Courtouis a los 8 minutos de juego.
En su festejo mostró cuánto necesitaba sellar su nombre en la red. Grito desaforado, desahogo y derecho a la estadística, porque con su gol igualó a Messi como el 5° máximo goleador de la Selección en Mundiales, con 5 tantos, tras los cuatro en Sudáfrica 2010 y el de hoy.
Iban 8 minutos de juego cuando una jugada que, cómo no, nació en los pies de Lionel Messi, quien se sacó de encima a Marouane Fellaini con un rodeo, buscó y encontró sobre la derecha a Ángel Di María, quien intentó el pase a Higuaín pero en el camino encontró a Vertonghen quien, en su intento de despeje terminó frenándole la pelota a "Pipita" y éste marcó con una volea de derecha imposible para el uno belga.
El gol de Higuaín a poco del comienzo profundizó esta circunstancia. Los de Sabella cedieron la zona de gestación y se pararon demasiado atrás especulando con la salida rápida de contragolpe a sabiendas que Bélgica iría en búsqueda de Romero. Pero si bien la contra no funcionó los belgas tampoco llegaron con riesgo concreto.
La lesión de Di María le dio la posibilidad a Sabella de armar un esquema más parecido a lo que es su idea. A partir de allí Argentina recuperó un poco la tenencia del balón, pero siguió careciendo de precisión a la hora de armar el juego. Zabaleta tuvo más respaldo, pero Messi se quedó sin punto de descarga claro.
El arranque del complemento no mostró demasiadas variantes. Un poco más movedizo Higuaín empezó a marcar diferencias.El técnico belga puso a Lukaku y Mertens para explotar su velocidad y a Chadli para el juego aéreo. Sabella lo sacó a Higuaín y puso a Gago para controlar mejor la zona media. La situación era clara: Bélgica iba por el empate, Argentina se decidía a aguantar el partido y ver si embocaba una contra. Casi lo liquida Messi, pero igual fue festejo.
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