MUNDIAL DE BASQUET | En un fimal dramático la Selección perdió por un simple ante España y la final del mundial de Japón será europea. El equipo de España luchará este domingo por la medalla de oro contra Grecia, que derrotó hoy a Estados Unidos en la primera semifinal.
No fue un partido fácil para España porque Argentina salió como un ciclón al Saitama Super Arena y llegó a disfrutar de una ventaja de 11 puntos en el primer cuarto. Una reacción a tiempo de España en el segundo parcial permitió tomarle el pulso al partido, que acabó con un resultado de 75-74 a favor de los españoles.
Un ilusionante comienzo tuvo el equipo argentino, que arrancó con un 7-0 y terminó edificando una convincente tarea al cabo del primer cuarto por 21-15, haciendo bien todos los aspectos del juego necesarios para neutralizar a España.
Por entonces Juan Ignacio Sánchez realizaba un efectivo trabajo de control, Fabricio Oberto anulaba a Pau Gasol con una marca casi perfecta y Emanuel Ginóbili martillaba desde zona tres con efectividad.
Pero superado ese cuarto inicial el conjunto dirigido por Sergio Hernández fue perdiendo volumen de juego y consecuentemente se fueron cargando de faltas jugadores clave como Oberto y Nocioni.
Más importante en este caso era el lastre que cargaba el cordobés, ya que para el segundo parcial debió delegar en Rubén Wolkowyski esa marcación sobre Gasol, lo que le permitió a la figura del equipo europeo empezar a prevalecer en ataque.
Con su gestión y la del otro gigante español, Jorge Garbajosa, el equipo conducido por José Vicente "Pepu" Hernández pasó al frente en el juego y en el marcador al cabo del primer tiempo por 40-38.
El tercer cuarto, en cambio, fue toda paridad, aunque ya las gestiones individuales fueron marcando rumbos en uno y otro equipo.
Por el lado de España era importante el aporte del base suplente Sergio Rodríguez, mientras que en Argentina tanto "Manu" como "Pepe" Sánchez se anotaban de tres puntos en los momentos en que su rival intentaba alejarse en el tanteador.
El final del tercer segmento encontró a España arriba por cuatro puntos (60-56) y para el último insinuaba llegar más entero, ya que Argentina, con mucho personal cargado de faltas y poco recambio (la "Oveja" Hernández utilizó nueve jugadores y "Pepu" Hernández once), parecía estar al borde de su resistencia.
De hecho el equipo argentino tuvo a su primera baja por cinco faltas en el campeonato (Carlos Delfino) y varios llegaron a cuatro (Sánchez, Oberto, Ginóbili).
Pero fue entonces cuando surgió a pleno el coraje y la garra que siempre caracterizó a esta "generación dorada" de basquetbolistas argentinos subcampeones mundiales y campeones olímpicos.
Los españoles llegaron a sacar nueve puntos de ventaja y Argentina logró emparejarlo en el final con oportunos triples de Sánchez y Ginóbili.
El fin al fue a pura emoción, cuando restando 22 segundos Argentina empató en 74 y los españoles se quedaron con la última posesión del balón en el reloj de los 24 segundos.
La opción argentina fue entonces la de cortar rápido con falta sobre José Manuel Calderón, un jugador poco efectivo desde la zona de libres.
Y a la luz de los resultados inmediatos los hechos parecieron darle la razón a esa estrategia, porque se dio la situación ideal de que el base Calderón falló el primer tiro y convirtió el segundo, lo que le aseguró la posesión a Argentina con 19 segundos en el reloj.
Por eso se apeló a la lógica opción de entregarle la pelota a Ginóbili para que cerrara el partido, como suele hacerlo en la NBA con San Antonio Spurs. Es que hoy los pivotes argentinos tuvieron un muy bajo goleo (Scola anotó ocho puntos y Oberto apenas dos).
Pero el bahiense (goleador del partido con 21 tantos) no pudo despejar el camino hacia el aro con su habilidad y debió revertir la pelota para un tiro de tres puntos de Nocioni, cuando la idea original era que, de mínima, a "Manu" le hicieran una falta que lo llevara a la línea de libres.
Pero "Chapu" falló su tiro desde la punta; a Luis Scola -que tuvo un duelo muy particular con algunos jugadores españoles, especialmente Felipe Reyes, al que alguna vez lesionó en la columna vertebral durante un partido de la liga peninsular- se le escapó el rebote y la historia quedó sentenciada.
España se quedó con los festejos, con un Gasol renqueando por una lesión en el tobillo derecho y toda la alegría. Es que el dolor no era de la estrella española, sino de todos los argentinos. Porque la final estuvo apenas a un punto y la historia viva de este equipo se la merecía.
Pero la caída estuvo a tono con este equipo que es orgullo de los argentinos, porque el básquetbol de este país sigue instalado en el máximo nivel internacional, aunque los lugares en el podio lo encuentren parado en un escalón más alto o más bajo.