FÚTBOL | La Selección, sin jugar bien, se impuso a Bosnia 2-1 con un tanto en contra de Kolasinac Sead -a los dos minutos- y un golazo de Lionel Messi. Sabella hizo tres cambios de esquema, y el ingreso de Fernando Gago fue clave para equilibrar las líneas.
El equipo nacional, acompañado por cerca de 70 mil hinchas que tiñeron de celeste y blanco el Maracaná, jugó mal en el primer tiempo y mejoró su rendimiento en el segundo, para redondear un debut correcto en la Copa del Mundo Brasil 2014.
El seleccionado argentino tendrá la chance de ratificar o mejorar lo hecho en la etapa final cuando se mida con Irán (sábado 21 en Belo Horizonte) y Nigeria (miércoles 25 en Porto Alegre).
Argentina, con el 5-3-2, salió a buscar el partido desde el inicio y a los 2 minutos se puso en ventaja con el gol en contra de Kolasinac. Pero a partir de ese momento se replegó, cedió la pelota, intentó contraatacar sin éxito y padeció los centros aéreos de Bosnia, que con un 4-2-3-1, complicó mucho a una defensa que lució endeble.
En síntesis, ponerse en ventaja lo favoreció en el marcador y lo perjudicó en lo futbolístico, porque el seleccionado no tuvo una idea de juego ante un rival que debutó en un Mundial.
El esquema que dispuso Sabella, controversial por cierto pero que lo había utilizado con éxito ante este adversario en un amistoso en noviembre de 2013, no cumplió ninguna de las dos premisas que se fijó el propio entrenador: la línea de cinco en el fondo defendió mal y atacó aún peor.
Mucho tuvo que ver que Bosnia, con sus propias limitaciones futbolísticas, se adueñó de la pelota y, cuando la tuvo, apeló a los centros sistemáticos para abastecer a su goleador y estrella, Edin Dzeko, quien no contó con chances de gol.
Apenas una proyección de Izet Hajrovic (12m.) y un cabezazo de Senad Lulic (40m.) fueron las dos ocasiones de riesgo que tuvieron los bosnios, que encontraron dos estupendas respuestas de Sergio Romero, uno de los puntos altos de un equipo que jugó mal.
Es que también incidió en el juego que Angel Di María, por la izquierda, y Messi, por la derecha, los generadores de juego del conjunto nacional, se desentendieron justamente del juego.
Un remate desde afuera del área de Javier Mascherano, quien alternó buenas y malas, fue lo único que generó Argentina en ataque después del gol, sobre la media hora de partido.
Sabella, en el entretiempo, se dio cuenta que el plan de juego utilizado en la primera etapa fracasó y entonces volvió al clásico 4-3-3, con los ingresos de Gonzalo Higuaín por Maximiliano Rodríguez y de Fernando Gago por Hugo Campagnaro.
Y esas variantes -más un cambio de actitud de los jugadores- renovaron al equipo. Argentina marcó mejor, recuperó la pelota y ganó en precisión en ataque.
Así, a los 20 minutos, Messi puso el 2 a 0, después de una combinación con Higuaín y un exquisita definición al palo derecho. Así llegó a 39 goles en el seleccionado en 87 partidos.
Tras ese tanto se vio lo mejor del equipo nacional, pero en su mejor momento llegó el descuento de Ibisevic, a los 39 minutos.
Más allá de eso, Argentina mantuvo la calma y debutó con un justo triunfo en Brasil 2014.