FÚTBOL | Fue en el regreso de Ronaldinho al equipo de Mano Menezes. Messi hizo una gran jugada individual cuando se terminaba el partido y le dio la victoria a los dirigidos por Sergio Batista.
En el comienzo de la era de Sergio Batista como entrenador oficial de la Selección, Argentina le gabó a Brasil 1-0. La nueva edición del clásico sudamericano se juegó bien lejos, en Doha, la capital de Qatar.
Una multitud observó el partido, donde participaron -entre las estrellas- Messi y Ronaldinho.
El encuentro arrancó con mucho ritmo, con las dos selecciones tratando de lastimarse de entrada, pensando más en el arco de enfrente que en el propio. La primera aroximación la tuvo Argentina con una escalada de Javier Zanetti por la banda derecha. El jugador del Inter enganchó hacia adentro en el borde del área y remató de zurda un buscapié que encontró bien parado a Víctor.
Brasil contestó a los 18 minutos. A la salida de un córner elaborado, Ronaldinho jugó la pelota con Dani Alves, que un potente derechazo reventó el travesaño. Dentro de las ganas de ir a buscar el partido, faltaba coordinación y conexión entre las líneas de ambos equipos, por eso no llegaba el quiebre en el marcador. Javier Pastore buscaba asociarse con Lionel Messi, pero Argentina carecía de presencia ofensiva porque Gonzalo Higuaín se tiraba demasiado atrás.
El "Scratch" volvió a tener el gol a la salida de un córner. La segunda jugada terminó en el área, luego de sendos rebotes, y Ronaldinho, con un taco delicioso, casi sorprende a Sergio Romero, que contuvo abajo y ofreció garantías sin dar rebote. ¿Argentina? Muy poco, porque tenía la pelota pero no ofrecía verticalidad, salvo una buena jugada colectiva que terminó en los pies de Messi, donde el rosarino se animó de lejos y el balón rozó el ángulo derecho de Víctor.
Así se fue un intrascendente primer tiempo del seleccionado nacional, preso de muchas intenciones, pero con poca chispa y muy lejos de la idea de que pretendía Batista, de cuidar la pelota y cambiar el ritmo de tres cuartos de cancha hacia adelante. Brasil fue más punzante, aunque tampoco hizo los méritos suficientes para ponerse arriba en el marcador.
En el complemento Batista sacó a Higuaín y puso a Ezequiel Lavezzi para ganar más explosión en ataque. Entre Messi y "El Loco" rotaban para situarse entre los dos centrales brasileños.
A los 11 Argentino tuvo una buena chance para abrir el marcador. Lavezzi desbordó por derecha y tiró un centro pasado buscando a Ángel Di María, Víctor la desvió en el camino y el jugador del Real Madrid tardó un tiempo por no pegarle de derecha. La pelota cayó en Pastore, que remató al arco y en su trayectoria el balón se encontró con la mano de Thiago Silva. Todos pidieron penal, pero Abdala Balideh, de un pésimo arbitraje, determinó que fue una jugada casual.
El partido, que había caído en un pozo, no encontraba el salvataje para volver a armarse. Argentina ganó frescura con Lavezzi, pero no encontraba referencia en el área. Brasil tampoco lastimaba y Ronaldinho, mejor físicamente pero sin el fútbol de antes, dejó la cancha por Douglas.
Pero en un partido con jugadores diferentes puede aparecer cualquiera de ellos para marcar la diferencia. Lo hizo Lionel Messi. La Pulga apareció en tiempo adicionado para armar una jugada magistral y tras dejar a todo el fondo brasileño desorientado, marcar con un tiro cruzado de izquierda a derecha. Fue toda del jugador del Barcelona, con un pequeño toque de Lavezzi de taco. Fue el gol que le dio la victoria a la Selección, la tercera de Batista como entrenador de la mayor en cuatro partidos.
En definitiva Argentina, que tuvo un partido en el que fue de mayor a menor, se aprovechó de contar con Messi y eso no es poca cosa y una genialidad de "La Pulga" permitió el festejo nacional ante el clásico rival.