Lunes 27 de Junio de 2005, 12:35

ARGENTINA DEFINIRÁ CON BRASIL LA COPA CONFEDERACIONES

| El partido contra México había terminado 1-1, con goles de Salcido y Figueroa. En la definición, Lux le atajó un penal decisivo a Osorio. Fueron expulsados Saviola y Márquez. El próximo miércoles se jugará el título frente a Brasil.

La versión que se vio en el arranque de Argentina se pareció y mucho a esa que quedó en el final ante Alemania. Con Riquelme, una vez más, amo y señor de la pelota. Hacía y deshacía a su antojo. Pelota al piso, pases precisos, cambios de frente y llegadas por los costados, fueron la constante en esos primeros minutos en los que la Selección dominó claramente. Eso sí, le costaba acelerar en los metros finales, donde Saviola y Figueroa no encontraban el hueco para ganarle la posición a los defensores rivales. Pero de a poco todo se fue desinflando. Sorin dejó de ser salida por la derecha y Zantti se preocupó más por la marca que por la proyección. A Riquelme empezaron a encimarlo y ahí el partido cambió de manos. México se empezó a soltar y planteó el juego lejos de su campo. Aunque tampoco llegó. Insinuó más de lo que concretó. Lo suyo era muy bueno hasta tres cuartos de cancha y después se desinflaba con centros inofensivos. Borgetti complicó moviéndose por todo el frente de ataque, pero tanto Coloccini como Milito se las arreglaron para no dejarlo recibir cómodo. Situaciones de gol casi no hubo en esa primera parte. Apenas una entrada de Sorin, quien la picó por sobre la salida del arquero y justo en la línea llegó el despeje que impidió la apertura del marcador. Otra fue la actitud de Argentina en el inicio del segundo tiempo. Agarró la pelota y jugó decididamente en campo contrario. Saviola se movió mucho más, Figueroa acompañó por el medio y ahora sí los laterales se sumaron en ataque. También Román entregó esos pases marca registrada que lo distinguen y hasta los centrales, como por ejemplo Coloccini, se sumaron en ataque para sorprender. A México no le quedó otra que replegarse y aguantar el sofocón. Pero casi a los 10 minutos se soltó en ataque Zinha, quien hizo la personal y casi dentro de la medialuna del área grande sacó un zurdazo tremendo que le sacó astillas al palo. A medida que se fue acercando el final, los dos extremaron los cuidados. Casi no asumieron riesgos y esto, lógicamente, perjudicó al partido. Hubo menos ataques y los intentos pasaban por alguien que rompiera el molde, como Riquelme o Zinha. Además, también empezó a jugar el cansancio de algunos jugadores, quienes ya no corrían como al principio. Casi llegó el gol de los mexicanos, cuando se jugaban 32 minutos del segundo tiempo. Borgetti entró por atrás muy solo y metió un cabezazo demoledor, abajo, que tenía destino de red. Lux reaccionó fenómeno y la tapa, aunque justo en el ese momento el línea cobró posición adelantada del delantero. Respondió la Selección. Aimar recibió solo, levantó la cabeza y metió un derechazo frontal que terminó en la tribuna. Estaba escrito que los dos esperaban el final para ir al alargue. Pero antes del pitazo hubo dos expulsiones. Primero cuando Saviola dio una patada sin pelota y enseguida Márquez recibió la segunda tarjeta amarilla. Los dos equipos, entonces, quedaron con diez. Lo mejor se vio en el alargue. Salcido inició una larga corrida, enganchó justo y remató decidido. La pelota, en el camino al arco, se desvió en Coloccini y terminó adentro. Ahí fue Argentina para adelante y encontró rápido la igualdad, a través de Figueroa. Fue el mejor momento de la Selección, que tuvo un par de chances para aumentar. Fueron a los penales y ahí hubo ejecuciones realmente buenos. Pero Osorio dudó, Lux adivinó la intención y Argentina cobró. Ahora todo se define con Brasil, nada menos. Fuente: APF