GOLF | El "Pato" se quedó con el título en el Abierto de los Estados Unidos, al presentar hoy una tarjeta con 69 golpes (-1) y superar nada menos que al Nº1 del mundo, Tiger Woods. De esta forma, igualó el logro de Roberto De Vicenzo, único golfista argentino en conseguir un torneo de Grand Slam.
Angel Cabrera se convirtió en el segundo argentino en ganar un Grand Slam de golf (el anterior fue Roberto De Vicenzo) tras consagrarse campeón de la 107ma. edición del Abierto de Estados Unidos, segundo "Major" del año, al totalizar 285 golpes (+5).
El "Pato" Cabrera marcó una tarjeta de 69 impactos (-1) en la cuarta y última vuelta del torneo que se desarrolló en el Oakmont Country Club de Pennsylvania.
El cordobés tuvo que esperar que terminaran su vuelta los estadounidenses Tiger Woods y Jim Furyk, número uno y tres del mundo, respectivamente, para celebrar la victoria.
El primero en quedar fuera de competencia fue Furyk (campeón en 2003) y luego llegó el turno de Woods, que no logró hacer un birdie en el último hoyo, lo que necesitaba para forzar un desempate mañana al mediodía.
Cabrera, a los 37 años, volvió a darle al golf argentino una gran victoria luego de 40 años, ya que De Vicenzo se adjudicó el Abierto Británico en 1967.
Pero su tarea no fue sencilla, ya que tuvo que salir a atacar porque ayer había tenido un mal día y había quedado a cuatro golpes de la cima.
El "Pato" hizo pares en los tres primeros hoyos y adquirió la confianza necesaria para empezar a meterse en la pelea, en un certamen complicadísimo por el nivel de sus adversarios, los mejores del planeta, y por lo dificultoso del escenario.
En los dos siguientes hoyos hizo sendos berdies (sumó otro en el octavo) y se dio cuenta de que podía luchar por el título, pero bogey en el sexto y en el noveno pusieron un poco de dudas.
El cordobés, ya en el último tramo de su vuelta, hizo pares en el 10, 12, 13, 14 y 18 y berdies en el 11 y en el 15. Era líder.
Pero aparecieron los nervios en el 16 y 17 con sendos bogeys y la alegría se convirtió en preocupación.
Sin embargo encaró en el tee del hoyo 72 y le tiró con "alma y vida", respiró profundo y sacó una risa que tuvo mucho de desahogo. Con 140 yardas por delante: swing completo, potente como siempre, para dejarse cinco metros hacia la gloria.
En esa caminata inolvidable le llovieron los aplausos, se sacó la gorra y, emocionado, agradeció a los cuatro costados pese a que todavía le faltaba un poquito. Dos putts, 69 para el cierre y más cinco para el total.
Había que esperar a que terminarán Furyk y Woods, pero nada varió. Entonces la alegría fue toda cordobesa. Cabrera era el campeón del Abierto de Estados Unidos.
El cordobés, 41 en el ranking mundial del PGA Tour, le dedicó el triunfo a su mujer Silvia y a sus dos hijos, Federico y Angel, que siguieron las alternativas del certamen por televisión.
"Esto es para ellos que no están acá", señaló Cabrera una vez que se consumó su impensada victoria en tierras estadounidenses.
"Es una alegría enorme. Todavía no puedo creer que haya ganado este torneo", agregó un rato después aún más emocionado el cordobés, que había participado en ocho torneos del PGA este año, logrando el quinto lugar en BMW Champion.
"Hoy pegué espectacular. Al final no pensé en nada. Completé mi recorrido y después tuve que esperar", explicó este cordobés que comenzó como caddie en el Córdoba Golf Club y hoy, como si trepara una sierra de su provincia natal, llegó a la cima del mundo.
Fuente: Télam.