Miércoles 5 de Julio de 2017, 16:02

Productores avícolas se reunirán con autoridades

Producción | Productores avícolas de la zona, que integran la Cámara Argentina de Productores Integrados de Pollos, se reunirán este jueves en Herrera con funcionarios del Gobierno Nacional.


Este jueves, a las 20:30 horas, en el salón de la Cooperativa de Provisión de Agua Potable y otros Servicios Públicos de Herrera se reunirá la Cámara de Productores Integrados de Pollos (CAPIP) y granjeros de la región con el Ingeniero Rodrigo Troncoso, Subsecretario de Ganadería del Ministerio de Agroindustria de la Nación, y la Ingeniero Karina Lamelas, encargada del área de avicultura del mencionado Ministerio. Los convocantes a la reunión, varios de ellos con granjas en la zona de Basavilbaso, entienden -según manifestaron en FM RIEL- que es "una gran oportunidad para que los granjeros se reúnan y manifiesten ante tan importantes autoridades las dificultades por las que estamos pasando". "Tenemos una oportunidad de hacer valer nuestra actividad, las autoridades tienen que conocer de primera mano lo que nos está pasando...no hay avicultura sin granjeros", exclamó uno de los productores en diálogo con la radio de Basavilbaso. El sistema productivo de la cadena avícola es uno de los más dinámicos de Entre Ríos. La avicultura logró constituirse en una actividad altamente tecnificada y con incorporación de valor agregado, lo que impacta en la ocupación de mano de obra local. Y por otra parte ayudó a frenar la emigración de la familia rural, un fenómeno que alientan otras actividades como la agricultura sojera que ocupa escasa mano de obra en el campo. No obstante hay un eslabón de esta cadena que es el más delgado, como siempre lo fue: el productor avícola. El esquema de integración vertical para el engorde de pollos, con la incorporación del criador, tiene sus orígenes a fines de la década del ‘60 con lo que el frigorífico se garantiza la provisión de materia prima. El sistema afectó a los productores independientes que se iban quedando sin alternativas para colocar su producción a precios razonables. El productor integrado, generalmente propietario de las instalaciones, no cuenta con contratos claros al momento de incorporarse y generalmente los acuerdos son por crianza. Y la continuidad depende del arbitrio de la empresa integradora. Tampoco se le garantiza una frecuencia en la entrega de pollos. Ante cualquier disminución de la demanda se suspende o dilata la provisión del pollito y el productor se queda con las instalaciones ociosas y sin ninguna indemnización. La relación contractual es una simple adhesión a las condiciones impuestas por el integrador, la parte más fuerte de la relación. En el país las empresas que manejan la industria frigorífica avícola "son 9, y las granjas anotadas en SENASA son 4500, y la mayoría de ellas se encuentran a su vez integradas horizontalmente, sufriendo prácticas monopólicas", consideran los productores que si bien no se quejan que de que se queden con la "parte más redituable del negocio", si consideran que debería ser valorado el trabajo de la crianza y engorde. El propietario de una granja integrada está obligado a ofrecer instalaciones adecuadas a requerimiento del integrador, con exigencias de mejoras que se incrementan con el tiempo y a medida que avanza la tecnología. Esto obliga al productor a invertir continuamente. Sería lógico que este esfuerzo fuera compensado con mejoras en el precio que se paga por una producción de más calidad y eficiencia pero casi nunca se refleja en su bolsillo. "Los productores estamos más apretados que los pollos en la granja", aseguró tiempo atrás un productor que precisó que "tenemos la responsabilidad -en cincuenta días que los tenemos en la granja- que el pollo coma poco, pese mucho y muera poco. Si logramos eso podemos cobrar un poco más, pero el productor no cobra antes de los treinta días y en casos hasta noventa días".