Sábado 28 de Abril de 2018, 01:45

Se hizo una conferencia sobre la Shoá y el Genocidio Armenio

Sociedad | Se realizó en Basavilbaso una jornada sobre la negación del Holocausto y el Genocidio Armenio, con la presencia de destacados conferencistas.


Este viernes, 27 de abril, pasadas las 11:30 horas en biblioteca "Lucienville", organizado por la Asociación Israelita Basavilbaso, comenzó la anunciada conferencia sobre la Shoa y el Genocidio Armerio: Sus negacionismos. Disertaron en representación de la DAIA , el Conferencista Internacional, Dr. Julián Schindlerman; el Dr. Nicolás Sabuncuyan, Director para la Argentina del Consejo Nacional Armenio de Sudamérica, y en Representación de la Comunidad Armenia, y en representación del INADI el Dr. Claudio Pressman. Sabuncuyann dijo que en la Argentina se estima que viven más de 120.000 descendientes de armenios, y el genocidio armenio es, después de la Shoá, el caso "más estudiado a nivel académico". El representante de la comunidad armenia en la Jornada organizada por la Asociacion Israelita de Basavilbaso destaco que en Argentina el genocidio este reconocido, "y por los tres poderes del Estado". "Y desde hace años se implementan políticas para incorporar su enseñanza en las Escuelas", acoto. El imperio otomano en el siglo XIX se encontraba en una fase de decadencia en la cual algunos pueblos como los armenios, los asirios y los griegos, quienes vivían como ciudadanos de segunda categoría en muchos casos, fueron identificados como un factor de la degradación imperial. La ideología panturquista cifraba sus esperanzas en que una nueva era de prosperidad llegaría con la unificación de los pueblos túrquicos y mongoles, acabando con las autonomías y los estados de los grupos que representaban un elemento disonante. A su vez, cada reclamo por ampliación de derechos era reprimido de manera brutal y con represalias hacia poblaciones enteras, independientemente de su participación. Las primeras matanzas de minorías considerables se iniciaron en 1850. Antes del inicio del genocidio, cientos de miles de armenios ya habían sido asesinados. Sin embargo, la noche del 23 de abril de 1915 comenzó a desplegarse el plan genocida que acabaría con la vida de un millón y medio de armenios, y expulsaría un millón de sobrevivientes hacia el resto del mundo. Esa noche, y durante toda la madrugada del día 24, escritores, artistas, eclesiásticos, maestros, profesionales y miembros influyentes de la comunidad armenia fueron arrestados, deportados al interior de Anatolia y posteriormente asesinados. La intencionalidad explicita -según el disertante- era "prevenir que los armenios se organizaran y consolidaran la resistencia". El genocidio se extendió hasta 1923. Pero se suele dividir este período en dos fases: "la primera de 1915 a 1918, cuando el Comité de Unión y Progreso (CUP) conocido como el partido de los Jóvenes Turcos, quienes habían derrocado al sultán Abdul Hamid II en 1909 , planificó y dio inicio al genocidio, cuya metodología central consistió en las "caravanas de la muerte", obligar a caminar distancias imposibles a mujeres, niños y ancianos por el desierto, hasta que alcanzaran la muerte". "La segunda fase, de 1919 a 1923, las fuerzas nacionalistas turcas encabezadas por Mustafá KemalAtaturk invadieron militarmente la recientemente fundada República de Armenia, con el objetivo de llegar hasta la actual Azerbaiyán para comenzar a conquistar objetivos en su camino hacia extremo oriente", preciso. "El Estado turco no ha reconocido hasta la fecha haber perpetrado el genocidio, obviando la documentación existente, la evidencia histórica y los registros periodísticos...y quienes pretenden justificar las acciones contra las minorías, sostienen que constituían un peligro para su país, que tenían fuertes alianzas con potencias extranjeras y otros argumentos similares", dijo. Sabuncuyan destaca el papel de Argentina contra el negacionismo, "lo hizo y de manera ejemplar". Para el directivo del Consejo Nacional Armenio, recordó las gestiones del gobierno argentino a través del enviado a Naciones Unidas, Leandro Despouy, para que se sume el caso del Genocidio Armenio en el informe sobre Prevención y Sanción del Crimen de Genocidio del experto inglés Benjamin Whitaker en 1985. "Argentina está a la vanguardia en la lucha contra el negacionismo por el Genocidio Armenio", remarcó. A su turno Schindlerman recordó que el término Shoá es hebreo, utilizado para referirse al Holocausto (Genocidio en el que seis millones de judíos fueron asesinados por el régimen nazi). El Conferencista preciso que los asesinatos tuvieron lugar a lo largo de toda la Alemania nazi, y los territorios ocupados por los alemanes, que se extendían por la mayor parte de Europa. El asesor político de la DAIA, habló sobre tres formas de negación de la Shoá: la negación en sí de los hechos, la minimización y la banalización. "Para tener la capacidad moral de negar el Holocausto, uno tiene que refutar a los sobrevivientes, a los espectadores y a los perpetradores. Eso es lo más insólito del componente de la negación. Los perpetradores nunca negaron la comisión del genocidio", dijo. "Los hechos históricos no son tema de debate. Uno puede debatir y tomar ciertas interpretaciones sobre un acontecimiento en lo que refiere a la interpretación del hecho o a su análisis. Pero la negación del hecho no es un legítimo tema de debate", finalizó Schvindlerman. Seguidamente celebró que a instancias del INADI, las comunidades judías y armenias confluyen en un ciclo de "debate federal" para "poner en común su historia, los trágicos hechos que sufrieron las dos comunidades y las distintas soluciones que construyeron para mantener la memoria histórica y colectiva como una manera de luchar contra la discriminación, el odio y enriquecer a las sociedades". Pressman, del Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo (INADI) recordó que en Argentina se prohibió la negación de la existencia histórica del delito de genocidio, y la Ley Nacional Nº 23.592 "reprime con prisión de un mes a dos años la difusión por cualquier medio de ideas o doctrinas que nieguen, justifiquen o trivialicen flagrantemente la existencia histórica de conductas enmarcables en el delito de genocidio -en particular la Shoá (Holocausto), el genocidio armenio y el terrorismo de Estado que tuvo lugar durante la última dictadura militar en Argentina- de modo que afecte la dignidad o el derecho a la no discriminación de alguna persona o grupos de personas por cualquier pretexto, ya sea en forma directa o indirecta".