Jueves 22 de Febrero de 2018, 20:37

Murió Perla Battilana, Peky

Sociedad | La mala nueva no sorprende. Todos sabíamos que el maldito cáncer la vencería por más que la batalla que le ofrecía fuera conmovedora.


Su partida es realmente dolorosa para quienes la conocimos y admiramos sus ganas de vivir, su amor incondicional a los suyos, Jorge (su esposo) y los gurises (sus hijos), y las ganas de hacer. Ella vivió intensamente. Hizo todo lo que quiso. Su vida pública fue más bien breve, pero intensa y comprometida con el deseo de un "Basso" mejor. Pese a ser de cuna radical, e hija de un dirigente (Elio Fortunato Battilana) que llegó a ser Concejal, ella no solo se hizo peronista, sino que militó, a partir del tramo final de los ’80. Llegó a ser Concejal, desde dónde motorizó la constitución de los Consorcios vecinales que fueran fundamentales para incrementar de manera muy significativa -durante la gestión del Intendente Horacio Fabián Flores- el número de calles pavimentadas. Además batalló -como pocos- para la recuperación de los servicios ferroviarios, especialmente de pasajeros. Ella fue quien promovió -mediante un concurso- que se seleccionara un diseño y la ciudad tuviera su bandera. Más tarde le tocaría un cargo en el Ejecutivo siendo Secretaria de Obras y Servicios Públicos de la Intendente, Blanca Rossi. En esa tarea pasó por distintas etapas, pero sin dejar desvanecer su compromiso por una ciudad mejor. Diferencias políticas la terminan alejando del espacio interno en el que militaba y formaría una lista en la que como precandidata a Intendente competiría y ganaría la interna del PJ. Desde ese lugar peleó con los “dinosaurios (de la política)” como calificaba a los que a su criterio fueron responsables de las divisiones del justicialismo que terminarían con derrotas electorales en Basavilbaso. No llegó a ser Intendente, seguramente haber pedido las Generales no le gustó, pero cuando podía defendía a viva voz la soberanía de los electores. La “rebeldía” u “osadía” política de “Peky” -apodo con la que se la conocía- no resultó gratis, y por un largo tiempo no fue tenida en cuanta, después ella eligió aceptar ser parte del proyecto ferroviario, primero provincial, y luego trabajar para la Empresa Estatal de ferrocarriles. El último tiempo lo dedicó a pelear por tener una aceptable condición de vida. Sabía que el mal que la aquejaba casi siempre resulta vencedor, pero no estaba dispuesta a rendirse, fue conmovedora su lucha y no estuvo sola, la acompañaron hasta los últimos instantes su esposo y sus hijos. Su corazón se detuvo minutos después de las 17 de este triste jueves, rogamos que Dios la reciba en su Santa Gloria y a su familia nuestras condolencias.