Martes 3 de Julio de 2018, 10:16

Mujeres que hicieron historia, parte II

Sociedad | La Profesora Silvina Alejandra Pérez evocó a un grupo de mujeres que en los albores del Siglo XX dejaron su huella en la historia de la ciudad del riel.


Un grupo de mujeres en los albores del siglo XX dejaron su huella en la historia de nuestro pueblo, trabajando en forma institucional y comunitaria para los sectores más desprotegidos: La Asociación de Damas Israelitas de Caridad y la Asociación de Beneficencia. Estas dos instituciones tuvieron una finalidad en común: la ayuda a los necesitados, lo cual dada las particularidades de nuestra ciudad y su composición social, una estuvo dirigida principalmente a la población judía y la otra a cubrir el otro sector social de la ciudad, siendo de la misma índole, pero actuando prácticamente en forma paralela hasta los años 60 y 70. Su trabajo se centró en la atención y ayuda a las personas carentes de recursos, iniciado en años duros, azotados por la pobreza y donde los hechos históricos a nivel mundial repercutieron en la economía y en cada uno de los aspectos de la vida cotidiana de los basavilbasenses. Recordemos que en general la mujer a principios del siglo pasado y durante parte del mismo, eran quienes se encargaban del hogar, con sus tareas propias y del cuidado y educación de los hijos, siendo una minoría las que desarrollaban actividades fuera. En una sociedad dirigida por hombres, la acción social era el encuadre social donde el sector femenino podía tener participación pública, llevada a cabo generalmente por las esposas de dirigentes de instituciones sociales, políticas, deportivas y culturales, roles por largos años vedadas para ellas. Abordaremos en este trabajo el comienzo y los primeros años de ambas entidades. [b]ASOCIACIÓN DE BENEFICENCIA[/b] (Damas criollas) La Asociación de Beneficencia del pueblo Gobernador Basavilbaso, nació el 10 de Julio de 1927, destinada “a socorrer a los indigentes y desvalidos, proporcionar víveres a los pobres de solemnidad que se encuentren imposibilitados para trabajar, atender a los enfermos carentes de recursos para sufragar los gastos de asistencia médica, dándoles asilo en el hospital de su pertenencia o a domicilio cuando los recursos de la asociación lo permitan y en resumen, hacer el bien en el sentido más amplio de la palabra, sin distinción de nacionalidad o raza”.1- Este grupo de mujeres, no pertenecientes a la colectividad judía, conformaron una entidad benéfica, cuyo corolario fue la fundación de un nuevo hospital, el “Sagrado Corazón de Jesús”. Si bien las Damas Israelitas, son anteriores y se dedicaban a la ayuda del necesitado, la Asociación de Beneficencia tuvo un fin similar, y vino a complementar la ayuda social de la villa y a cubrir necesidades que por entonces no eran atendidas desde el Gobierno Provincial, haciendo hincapié sobre todo en las mujeres y los niños, los sectores más vulnerables de la sociedad. Específicamente, la Asociación de Beneficencia entre sus disposiciones estatutarias disponía que debía sostener un dispensario destinado a la maternidad cuyos fines fueron los siguientes: a) Proporcionar a las enfermas pobres que no puedan ser atendidas en sus domicilios, un lugar preservado de las enfermedades contagiosas a que están expuestas en los hospitales; b) Favorecer el tratamiento tocológico de las enfermas y de los recién nacidos, dándoles asistencia médico- farmaceutica y socorros gratuitamente; c) Propagar entre las casas pobres, los principios de higiene infantil y destruir los errores que en materia de enfermedades de niños, existen tan arraigados en las clases menesterosas.- 2 Con fecha 4 de enero de 1928 el gobierno de la provincia aprobó sus estatutos. Quien presidió a este grupo de damas fue Jacinta Porfirio de Correa, siendo la secretaria Berta Di Pascuo de Cerolini. Entre los nombres que hasta el momento se han podido rescatar, en su génesis encontramos hasta el año 1933 a Esther E. de Langan, Juana E. de Zarza, María F. B. de Saravia, Vicenta A. de Podestá, María T.C. de Buller, Alicia de Whaite, Zulema M. de Rodríguez, Claudia Bregliano de Corti, Amelie de Perriere, Haydee de Slay, Adela A. de Sibeaud, M. A. de Segovia.- Si observamos sus apellidos de casadas, podemos observar que eran esposas de dirigentes del Club Atlético, de jefes y dirigentes gremiales del ferrocarril, de la Cooperativa Eléctrica, de algunos comerciantes (Farmacia Podestá y Hotel Italia), docentes.- En un comienzo se reunían en el salón de Biblioteca Popular Luz Obrera, institución con la cual compartian algunas actividades para recaudar fondos. También realizaban kermeses, bailes de organdí (relacionado con la tela de los vestidos), te danzantes, entre otras actividades.- En octubre de 1928 los diputados nacionales Ambrosio Artusi y Victor Etcheverry hacen entrega de una subvención de $10.000 para mejorar los servicios de la asociación y otra partida importante para la Sala de Maternidad. -En 1935 cuando el gobernador Tibiletti visita la ciudad se compromete a enviar aportes para la culminación de las obras de infraestructura-. Desde 1910 funcionaba en la localidad el hospital "Centenario" (sostenido por la comunidad judía), pero este no alcanzaba a cubrir la demanda poblacional y de la zona en materia de salud, es por eso que un nuevo hospital podría brindar nuevos servicios, ampliando la atención en tiempo de pobreza y de enfermedades como fiebre tifoidea, la peste bubónica, tifus, poliomelitis. Debemos tener en cuenta que las condiciones de higiene en la comunidad no eran las mejores, los pobladores arrojaba residuos y aguas servidas fuera de sus viviendas, dado que no existía la red cloacal ni la recolección de basura; pocas familias contaba con red de agua potable, por lo que se debían construir pozos para su obtención; las normativas referidas a salubridad en los comercios eran escasas. Será recién bajo el gobierno de don Rogelio Gómez, hacia 1935 cuando se sancionarán ordenanzas para ordenar la ciudad en distintos aspectos, en especial lo concerniente a la salubridad y el ordenamiento público, ejerciendo un fuerte poder de policía. -El Hospital fue emplazado en el solar donde actualmente se encuentra la Residencia Socio Educativa "Enrique Berduc" (antiguo "Hogar de Menores"), siendo inaugurado el 18 de diciembre de 1938 a las 19 horas, con la presencia y padrinazgo del Gobernador de Entre Ríos Dr. Eduardo Tibiletti y su esposa, el senador provincial Ingeniero Víctor Etcheverry y todas las señoras ex presidentas de la entidad presentes, Sra de Rossetti, Corti, Perrieri y Podestá. La bendición fue realizada por el presbítero Pascual Velzi, auxiliado por el también presbítero Ignacio Heit; Jacinta Porfidio de Correa fue quien realizó el discurso de apertura, poniéndose luego en funciones al director del nosocomio al doctor Camilo Cerolini, designado por la comisión directiva-. El diario Crónica dirá que este acto es "altamente elocuente por el gran significado y trascendencia de la obra filantrópica y humanitaria que prestará la nueva casa de salud, a todo necesitado". -Funcionó en ese lugar hasta 1960 cuando se traslada a su actual ubicación, en el sector oeste de la ciudad-. A comienzos de los años cuarenta componían la comisión: Carmen de Zingg, Señorita Lelia E. Castiglioni, María D. de Zapata, Obdulia I. G. de Cabral, María C. de Rossetti, María C. de Durán, Lucía P. de Roko, Carmen de Laloux, Lola O. de Stettler, Dorinda A. de Ramos, Rosalía V. de Ruiz, Berta de Fruniz, Srita. Martha Podestá.- Olga Botta recordaría que su madre María Cozzo también fue una de sus miembros, y que recorría diariamente junto a otras mujeres, el largo trayecto casi despoblado, hasta llegar al Hospital. Muchas veces estas personas dedicadas a la ayuda de los necesitados son etiquetadas de "oligárquicas" dado que en su mayoría pertenecían a un sector medio- alto de la localidad, tratando de opacar su accionar, reduciéndo a la limosna. Pero no podemos juzgar la historia sin comprender la realidad de los tiempos en que desarrollaron los hechos. En los años en que surgieron estas entidades, la situación económica era compleja, prácticamente en el marco de la gran crisis mundial de 1929 y la posterior guerra mundial. Tenemos que dejar de imaginar una historia idílica y empezar a hablar de una más real, con tiempos de extrema pobreza y de hambre; testimonios orales de personas vivieron esos tiempos recuerdan con tristeza momento de necesidades materiales. Gran cantidad de niños ingresaban al mundo del trabajo precozmente, en detrimento de su educación escolar, para ayudar a paliar la necesidades económicas de sus familias, que generalmente eran numerosas, constituyendo una preocupación de los gobernantes de entonces. Con el advenimiento del peronismo, este trabajo social se centralizó en la orbita estatal, con un estado intervencionista en los distintos aspectos social, político y económico, la creación de numerosos hospitales a lo largo del país y las tarea desarrolladas por la Fundación "Eva Péron". No olvidemos que el actual hospital local fue fundado y sostenido hasta su posterior estatización por la Asociación de Beneficencia y que su director, el doctor Camilo Cerolini y su esposa Berta Di Pascuo continuaron al frente del mismo, ya como entidad dependiente del gobierno. -Por eso considero que una cosa no invalida la otra, épocas y situaciones distintas, momentos históricos diferentes, roles del estado diferentes-. Debemos reivindicar a las mujeres que trabajaron para un Basavilbaso mejor, en tiempos muy complejos, que dejaron sus esfuerzos, que supieron de sueños, de trabajo responsable, de desvelos, de golpear puertas, desempeñando roles en que pudieron insertarse socialmente. Sirvan estas palabra para dar a conocer parte de nuestro pasado que se encuentra bajo el velo del paso del tiempo y el olvido, que podrán ser enriquecida con nuevos aportes. Es necesario que valoremos a quienes marcaron una época y dejaron su legado, MUJERES DE MI PUEBLO QUE HICIERON HISTORIA.- Fuente: 1: Estatutos Asociación de Beneficencia- 04 de Enero de 1928. Colección particular. 2- Op. Cit. Crónica- Publicación Semanal. Basavilbaso 10 de Diciembre de 1938.- Colección particular.