Salud | En la Argentina, como en el resto del planeta, la variante ómicron del virus SARS-CoV-2 sigue generando nuevos sublinajes que ganan terreno en todos los países. Uno de ellos es el BQ.1 y sus subvariante BQ.1.1, que se conocen como “Perro del Infierno” y llama la atención de los especialistas.
Hasta la semana pasada teníamos en el país las variantes originales de Ómicron, pero en las últimas horas una de las subvariantes más trasmisibles ya fue detectada e Argentina y se trata de BQ.1.
La subvariantre BQ.1 junto con BQ.1.1, es mucho más transmisible porque presenta mutaciones asociadas a la evasión inmune. Es decir, genera mecanismos que pueden evadir la respuesta inmune asociada a la vacunación o a la infección previa.
Por eso, si bien la inoculación es fundamental para evitar los casos graves, debe ir acompañada del resto de las ya conocidas medidas de cuidado para prevenir el contagio: uso de barbijo en lugares cerrados, ventilación y lavado frecuente de manos.
La BQ.1 forma parte de los múltiples linajes que tiene Ómicron, y que tienen mucha capacidad para evadir a las vacunas, con lo cual la posibilidad de contagio, aún vacunado, existe.
Se puede resumir que “Perro del infierno” es más contagiosa, menos letal y con mayor capacidad para evadir al sistema inmunológico que las anteriores cepas.
De acuerdo al Boletín Epidemiológico Nacional N°633, en la semana epidemiológica 48, que corresponde al período entre el 27 de noviembre y el 3 de diciembre pasados, la subvariante BQ.1.1 se detectó en 10 de 29 muestras analizadas.
Esto significa que una de cada tres muestras analizadas corresponden a la llamada variante Perro del infierno. El documento oficial también afirma que en la Argentina la situación actual de variantes de SARS-CoV-2 se caracteriza por una circulación exclusiva de ómicron.
Además, el último reporte de vigilancia activa de variantes de Covid que elaboró el Proyecto Argentino Interinstitucional de Genómica de SARSCoV2CoV (Proyecto PAIS), mostró que el linaje BQ.1 y sus derivados (como BQ.1.1) comenzaron a detectarse en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en las semanas epidemiológicas 41 y 42 de 2022 –del 9 al 22 de octubre– y para las semanas 47 y 48 –del 20 de noviembre al 3 de diciembre–ya se asociaron con el 62,5% de los casos analizados.
