La Ministro de Economía francesa reemplaza a Dominique Strauss

La elección se produjo a casi dos meses de que el anterior directivo del organismo, Dominique Strauss Kahn renunciara por el escándalo de abuso sexual en el que se vio envuelto. Lagarde, de 55 años, asumirá sus funciones el próximo 5 de julio en Washington para ejercer su mandato durante los próximos cinco años. La Ministro francesa será la primera mujer en dirigir el organismo multilateral y asume las riendas en un momento difícil para las finanzas mundiales, ante el deterioro de la situación en Grecia, que plantea interrogantes sobre el futuro del euro. La titular de Economía francesa, que recibió el apoyo explícito de Estados Unidos, Brasil y Rusia, competía por el puesto con el gobernador del banco central mexicano, Agustín Carstens, quien pese al respaldo de última hora de países como Canadá y Australia no logró el el apoyo necesario. El consejo ejecutivo, integrado por 42 miembros que representan a los 187 países de la entidad, señaló que los dos estaban "bien cualificados" y que el objetivo era seleccionar a uno "por consenso". Lagarde prometió la semana pasada en su discurso de intenciones ante el consejo ejecutivo del FMI que no evitará ni la sinceridad ni la mano dura, de ser necesario, en sus discusiones con los líderes europeos. La carrera por la dirección del FMI, que se desató el 19 de mayo con la dimisión de Strauss-Kahn, ha sido la más peleada en las más de seis décadas de historia de la institución. La vacante en la cúpula del Fondo llevó a los países emergentes a cuestionar con fuerza el pacto no escrito alcanzado tras el final de la II Guerra Mundial en virtud del cual un europeo lidera siempre el FMI y un estadounidense el Banco Mundial (BM). Esa presión llevó al consejo ejecutivo del Fondo a prometer un proceso "abierto, transparente y basado en méritos". El hecho de que Europa, que posee más de una tercera parte del poder del voto en el Fondo, respaldara a Lagarde, permitió a la ministra francesa partir con ventaja en la carrera. Los grandes países emergentes (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) que en un primer momento criticaron una tradición que tildaron de "obsoleta" y señalaron que el elegir a un nuevo líder en función de su nacionalidad mermaba la legitimidad del Fondo, no cerraron filas frente a un candidato de consenso. Fuente: EFE.